sábado, 11 de abril de 2020

Escrito durante el coronavirus 29

Sábado Santo, uno de los tres días del año en que la costumbre marca que no hay periódicos (los otros son Navidad y Año Nuevo). Hay una bonita tradición periodística para explicar por qué falta la prensa impresa, en los medios se dice, un año sí y otro también, que “el motivo es un descanso establecido por la Ley de Prensa del siglo pasado”. Se deben referir a la vigente Ley 14/1966, de 18 de marzo, de Prensa e Imprenta, que no contiene ninguna disposición al respecto, como tampoco la contenía la anterior ley de 1938. En realidad, los periódicos se publicaban todos los días hasta 1920 en que, tras una huelga de periodistas, por Real Decreto se les extendió la aplicación de la ley de descanso dominical de 1905, lo que dio origen a la “Hoja del Lunes” en muchas provincias, que desaparecieron en los años ochenta. A partir de 1941 se hizo costumbre extender el descanso a todos los empleados de las empresas de prensa a otros festivos como la Navidad, el Año Nuevo y el Viernes Santo, sin que hubiera ninguna disposición legal al respecto. Hoy sigue sin haber ninguna norma que impida publicar periódicos ningún día, incluido el día de Sábado Santo (y hay alguno que sale, como El Mundo). Pero, bueno, como excusa para que a nadie se le ocurra eliminar de los convenios colectivos ese día de descanso, está bien.

Yo soy adicto a leer la prensa, pese a que no te puedes fiar mucho de ella, y no solo por este pequeño e inofensivo bulo sobre el descanso de Viernes Santo. Es uno de mis vicios diarios y suelo echarla de menos en esas fechas en que no sale. Pero esta vez, la verdad, que me ha dado un poco igual. Creo que, como muchos otros ciudadanos confinados en sus casas por el coronavirus, estamos ya un poco saturados de información sobre la epidemia. Me he quitado de los telediarios y en la radio pongo principalmente música. Ojeo la prensa digital con rapidez y desgana a la espera de buenas noticias, como que se mantiene el ligero descenso de enfermos y de fallecidos, y ansioso por saber cuándo podremos salir a la calle con cierta normalidad. Y cuándo podremos leer la prensa con contenidos más variados…

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