lunes, 28 de febrero de 2022

La primera noticia


Se suele decir que el primer periódico español, o uno de los primeros, fue la Gaceta Nueva de los sucesos particulares, así políticos como militares sucedidos en la mayor parte de la Europa, que apareció en 1661 en Madrid. Su editor era Francisco Fabro Bremundán, borgoñón, secretario de Juan José de Austria, hermano de Felipe IV y aspirante al trono, con el propósito de hacerle propaganda. Se publicó durante un par de años, reapareció en 1667 con el título de Gaceta ordinaria de Madrid y, tras varios cambios de nombre, a partir de 1697 se llamó Gaceta de Madrid. Tras la muerte de Felipe IV la Gaceta pasó a estar controlada por su viuda, la reina regente Mariana de Austria, madre de Carlos II. En 1762 la Corona asumió el privilegio de imprimirla y en 1836 se estableció que las leyes, decretos, reales órdenes y demás disposiciones del Gobierno tuvieran vigencia a partir de su publicación en la Gaceta, que se convirtió en un boletín oficial nacional. A partir de ahí, fueron desapareciendo las noticias para, finalmente, quedar solo los textos oficiales.

Tenemos fácil y cómodo acceso a todas las noticias que se publicaron en aquel periódico gracias a que todos sus números, desde 1661, están digitalizados y disponibles en la web del Boletín Oficial del Estado, que es la definitiva denominación que tiene esta publicación desde 1936. Podemos leer la primera noticia que se publicó en el número 1: «Avisan de Roma que han muerto los Eminentisímos señores Cardenales Don Juan de Lugo, español, natural de Sevilla, Religioso de la Compañía de Jesús, en Roma, de edad de 75 años; y Don Cristóbal Widman, veneciano, que falleció en Castillo de S. Martín de la Ciudad de Viterbo, de donde era Obispo».

Esta primera noticia contiene varios errores. En realidad, Juan de Lugo había nacido en Madrid, aunque su familia procedía de Sevilla y estudió en esa ciudad, y tenía 76 años; Cristóbal Widman no era obispo de Viterbo, sino cardenal presbítero de San Marcos en Roma. El obispo de Viterbo era Francesco María Brancaccio.

Tres siglos y medio después, las noticias de los periódicos siguen siendo igual de fiar…