lunes, 25 de mayo de 2020

Escrito durante el coronavirus 66


No nació con la pandemia de coronavirus, pero tengo la impresión de que se ha agudizado con ella. Lo llamo el síndrome de las noticias antiguas. Hay gente a la que le gusta compartir en las redes sociales noticias de hace tiempo sin advertir nada sobre su fecha. Otros las leen y, como sufren otro síndrome de nuestra época, solo leer titulares y no molestarse en ver la noticia completa, piensan que se acaban de producir y las comentan como si fueran de ahora mismo, montando en cólera o dando saltos de alegría, según proceda. La práctica más pérfida de este tipo es cuando cuelgan la noticia de la muerte de alguien que lleva muerto ya varios años, y congrega un coro de plañideras.

Quizás la manía de poner noticias de otro tiempo sea una huida de la realidad, por no querer enfrentarse a las noticias de ahora mismo. Hasta lo comprendo un poco, porque la verdad es que, según el recuento de infectados y de muertos por la COVID-19 va dejando espacio en los medios de comunicación a otros asuntos más habituales en la vieja normalidad, resulta más deprimente repasar la actualidad política, económica y social. Necesitamos urgentemente medios de evasión mental.

Supongo que a eso también se debe que, desde que fuimos confinados, haya muchos periódicos que hayan multiplicado las páginas de pasatiempos. Alguno llama a esa sección “gimnasio mental”. Es decir, se trata de ejercitar la mente, no dejarla en blanco con riesgo de que se atrofie más todavía de lo que ya suele estar, pero mucho cuidado con en qué se ocupa. Mejor no pensar en las noticias que vienen en las demás secciones del periódico; mejor no meditar sobre los artículos de opinión, mejor no analizar si lo que nos cuentan es verosímil, mejor no sacar conclusiones, mejor no tratar de elaborar ideas propias. Pensar sí, pero en cosas inocuas. Como en 4 horizontal, con tres letras, sufijo que forma sustantivos derivados de verbos de la primera conjugación, que suelen denotar acción y efecto. O 10 vertical, cuatro letras, planta herbácea anual, de hojas grandes y enteras, flores pequeñas y amarillas y raíz carnosa comestible.

Por cierto, ya estamos en fase 2. Como todos los años, se nos va a echar encima la Navidad sin enterarnos.


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