jueves, 21 de mayo de 2020

Escrito durante el coronavirus 63


Este Gobierno me está defraudando. Oigo de continuo que es un Gobierno bolivariano y socialcomunista que pacta con los etarras y que está implantando una dictadura totalitaria, un Gobierno genocida que ha permitido a posta que el coronavirus se extienda para facilitar sus turbios fines de dominación tiránica, pero lo veo muy blandito, no está aplicando algunas medidas elementales que son de primero de totalitarismo. No hay campos de concentración, ni fusilamientos, ni noches de los cristales rotos, ni destitución de funcionarios desleales, ni disolución de partidos y sindicatos desafectos. La oposición clama a diario contra el Gobierno en emisoras de radio y televisión y periódicos que, inexplicablemente, no han sido clausurados o incautados, y se manifiesta por la calle sin que los antidisturbios los disuelvan con fuego real, con lo cual está haciendo el mayor de los ridículos.

En fin, a ver si el Gobierno se pone las pilas. Yo, por colaborar en lo que modestamente pueda, he elaborado una lista de gente para cuando comiencen las detenciones y deportaciones masivas. De momento va por categorías, más adelante ya identificaremos con nombre y apellidos a quienes deben ser eliminados. Son los siguientes.

—Quienes escriben “haber” en lugar de “a ver”.

—Los que hacen comentarios en Facebook sin haberse leído los comentarios anteriores al mismo post y se creen muy listos adivinando algo que antes ya han adivinado otros doce.

—Los que llevan mascarilla y se dejan la nariz fuera.

—Los que pasean por las aceras ocupando todo el espacio y no dejan que les adelante nadie.

—Los que estacionan su cesta en medio de los pasillos del supermercado obstruyendo el paso.

—Las personas que salen a hacer deporte con mascarilla y se paran para quitársela y fumar.

—Los que siguen diciendo que el coronavirus lo crearon en un laboratorio.

—Los ciclistas que invaden las zonas reservadas a los peatones.

—Los peatones que invaden las zonas reservadas a los ciclistas.

—Quienes pasean a su perro con una correa extensible que cruza de lado a lado toda la acera.

—La gente que te pide amistad en Facebook y en cuanto la aceptas te ofrece un préstamo en inmejorables condiciones financieras.

—Los padres que se creen que ya están en la fase 5 y sacan a sus hijos menores a pasear a las ocho de la tarde.

—Los que comparten un bulo en Facebook y cuando les dices que es un bulo, responden que ya se lo habían imaginado, pero que lo han compartido “por si acaso”.

—La gente que va andando por la calle como un zombi sin despegar la mirada de la pantalla del móvil.

—Esos que, sin conocerte personalmente, te hacen una videollamada sin avisar.

—Los que solo toman café descafeinado, leche sin lactosa, cerveza sin alcohol, hamburguesas sin carne, chocolate sin cacao y agua deshidratada.

—Los que dicen que los musulmanes debieran irse a su país. A Musulmania, supongo.

—Quienes ponen un mensaje a un escritor para decirle que su libro, que lo descargaron gratis de una web pirata, les ha gustado mucho.

—Esas personas que dicen “yo soy de los que pienso que…”.

—Los que envían a tu móvil archivos que no se pueden abrir.

—Quien organiza un crownfunding por su cumpleaños.

—Los camareros que llaman “jefe” a los clientes.

—La gente que habla a gritos por su móvil en el autobús o en el tren de modo que todos los pasajeros se enteren de su vida.

—Las personas que, hablando en castellano, pronuncian Spaiderman.

—Los que, todo indignados, a diario cuelgan en las redes sociales vídeos de Ana Rosa para que los veamos quienes no queremos ver a Ana Rosa.

—Quienes dicen haber leído a Ortega y Gasset, a los dos.

—La gente que te pone un mensaje preguntando algo y, seguidamente, se desconecta durante varias horas o varios días.

—Los que dicen que la única tortilla de verdad es la que no lleva cebolla.

—Los que circulan en su coche con un reguetón sonando a todo volumen y con las ventanillas bajadas.

—Los que echan cubitos de hielo a una copa de vino.

—Empleados de atención al cliente que, cuando llamas porque no tienes conexión a internet, te insisten en que reinicies el ordenador y el router aunque les expliques que ya lo has hecho tres veces.

—Los que dicen “hay que poner en valor”.

—Quienes todavía usan un palo selfie.

—Los que no entienden la ironía ni el humor negro.

­—Los idiotas.


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