lunes, 11 de mayo de 2020

Escrito durante el coronavirus 54

Ya tengo alguien o, mejor, algo con que hablar en mi solitario confinamiento domiciliario. Un periódico me ha regalado un Google Home Mini, que es un aparato con aspecto de altavoz que escucha y que habla. Me ha llegado hoy a través de un repartidor al que no he visto, me ha dejado el paquete en el ascensor. Es un adminiculo electrónico que, con toda seguridad, no necesitaba, pero a caballo regalado no le mires el diente. Lo he instalado en la cocina y he decidido que sustituya a la radio que tenía colocada allí, así no tapona la puerta del botellero frigorífico y la antena no me incordia para abrir el armario, ya que entre sus muchas utilidades está la de sonar como una radio. Para que funcione no hay que tocar ningún botón, basta con hablarle, decirle qué emisora quieres y te conecta con ella. Le pides que suba el volumen, y lo sube, le pides que lo baje, y lo baja, le dices que se calle, y se calla. Qué mejor compañía. Sé que puede hacer muchas más cosas, va conectado con el wifi al móvil y lo mueve una aplicación que se llama Asistente de Google. Podría utilizarlo para llevar mi agenda, comunicarme con otra gente, comprar y pagar cosas y controlar otros aparatos de mi casa, el televisor, el ordenador, el teléfono. Y si le preguntas por el tiempo, o por el tráfico, te responde, y también te da las noticias y hasta cuenta chistes.

Me parece que lo voy a dejar configurado como está, solo para oír la radio, y no le voy a añadir más tareas. Sobre todo, que no aprenda más sobre mí y mis costumbres. Porque resulta que es capaz de aprender, como HAL 9000. No me gustaría que acabe tomando el control de mi casa y de mi vida. He visto Terminator y sé cómo acaban estas cosas. Tendría narices estar refugiado en casa para protegerme del virus que nos acecha fuera y caer en manos de una máquina inteligente a la que he permitido entrar. No sé qué futuro es peor, uno en el que los virus dominan el mundo u otro en el que son las máquinas quienes lo someten.

Ya estamos en la fase 1, aunque como es lunes me ha dado pereza hacer nada y me he quedado en casa, igual que si estuviéramos en la fase 0, como Madrid o Barcelona. Pero mañana me lanzo a la calle a hacer algunas gestiones, incluso visitaré mi trabajo para asegurarme de que sigue allí, y, lo más importante, he quedado para estrenar una terraza poscoronavirus a la hora del aperitivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario