martes, 5 de mayo de 2020

Escrito durante el coronavirus 49

Receta para la felicidad.

Confínate durante una cincuentena de días en casa, oyendo alarmantes noticias de miles de enfermos y de muertos por la pandemia y espeluznantes datos sobre la crisis económica y social que se ha empezado a producir. Lee documentados y negrísimos presagios sobre que la vida que conocimos nunca volverá; deprímete pensando que tus mejores años ya pasaron y que solo queda por delante un incierto futuro en el que los supervivientes tendremos que renunciar a muchos vicios adquiridos. Luego, cuando ya te lo permitan las autoridades, sal de tu casa a pasear una tarde veraniega del mes de mayo. Respira el olor de la hierba y de las flores, escucha el canto de los pájaros sin la molestia del ruido de los automóviles, observa a mucha otra gente que ha salido también a pasear y que emite por todos sus poros ganas de vivir y de gozar. Busca caminos tranquilos que hace años que no transitabas, bordea campos con el cereal ya crecido. Disfruta del sol que declina en el horizonte y que se esconde detrás de nubes de tormenta. Aprovecha que en el adminículo electrónico que siempre nos escolta tienes almacenada parte de tu música favorita y hazte acompañar en el paseo por Alfredo Zitarrosa cantando, recitando, Guitarra negra, saborea palabras como jopo, berreta, marronero, garrón, guampa, espitada, que en el castellano cisatlántico no usamos. Llama a otros amigos como Cat Stevens, Bob Dylan o Rod Stewart y escúchalos con los auriculares que llevas puestos. Regresa a casa, sacúdete el polen del pelo y piensa en qué recorrido harás mañana.

Repetir la dosis a diario durante todo el tiempo que sea necesario.

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