domingo, 14 de junio de 2020

Escrito durante el coronavirus 82


Aunque ya hace semanas que nos permiten viajar por la provincia, no me había alejado de la cuenca de Pamplona hasta ayer. El paseo sabatino fue en el Baztan, en un lugar que no conocía, entre la Etxebertzeko Borda y el Infernuko Errota (molino del infierno). Se llega después de recorrer una veintena de kilómetros desde Oronoz hacia el norte por carreteras de montaña, que en realidad son antiguos caminos de herradura asfaltados u hormigonados que comunican los caseríos dispersos allá arriba. Hoy muchos de ellos se han reconvertido en casas rurales y restaurantes. Los paisajes son preciosos, el número de turistas no excesivo dado lo remoto del lugar y, tras el paseo, se puede comer estupendamente en la Etxebertzeko Borda. La tranquilidad está asegurada porque ni siquiera hay cobertura telefónica, así que nadie te puede molestar con llamadas o mensajes. Y más que palabras, mejor pongo unas imágenes…















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