sábado, 21 de marzo de 2020

Escrito durante el coronavirus 9

Las noticias que no he podido evitar leer hoy no son buenas. Parece ser que ni los expertos, ni los políticos, ni nadie, sabe cómo va a evolucionar la epidemia y todas las previsiones que se han hecho van fallando. Pero no tenemos más remedio que seguir las instrucciones que nos dan para combatir la propagación del coronavirus y seguir recluidos, porque nosotros tampoco sabemos más que quienes dan las instrucciones.

Para animarnos un poco vamos a recordar que hoy es el Día Mundial de la Poesía. Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera, y podrán morir todos los poetas de coronavirus, pero no podrán matar la poesía. Con tal motivo, y porque no tenía cosa mejor que hacer, he participado en una de las muchas quedadas poéticas, obligadamente virtuales, que ha habido hoy. Como no soy poeta he leído un poema ajeno, aunque me he atrevido a hacer mi propia versión en castellano del original en inglés. Es de una escritora norteamericana, Kitty O’Meara, lo escribió hace cinco días inspirada por la pandemia, y se ha vuelto viral en las redes sociales. A alguien se le ocurrió decir que es un poema escrito en 1800 durante una epidemia de peste y así se va difundiendo. Como siempre, la leyenda es más hermosa que la realidad. En estos días florecen mil patrañas, fake news les dicen ahora, sobre el coronavirus.

El poema se titula En tiempo de pandemia y dice así:

“Y la gente se quedó en casa. Y leyeron libros, y escucharon, y descansaron, hicieron ejercicio, crearon arte, y jugaron, y aprendieron nuevas formas de ser y de estar. Y escucharon más profundamente. Algunos meditaron, algunos rezaron, otros bailaron. Algunos se encontraron con sus fantasmas. Y comenzaron a pensar de diferente manera.
Y la gente sanó. Y sin gente viviendo de forma inconsciente, peligrosa, sin sentido y sin corazón, la tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro y todos se volvieron a reunir, lloraron sus pérdidas, emprendieron nuevos caminos, soñaron con nuevos horizontes, crearon nuevas formas de vivir y curaron la tierra por completo, igual que ellos se habían curado”.

Y ya que hablamos de las cosas que pasan en internet. Alucinado me tienen los cientos de “me gusta” que está recibiendo un video que colgué en Facebook con la siguiente leyenda: “Rampa mecánica entre Abejeras y Río Ega. La mitad de los días del año averiada. Ahora que estamos encerrados en casa funcionando sin parar”. Lo grabé al pasar por delante en una de mis escasas salidas autorizadas de casa, me llamó la atención el contraste de las calles desiertas y la rampa en funcionamiento. A veces uno trabaja mucho un texto con una idea que le parece brillantísima y, cuando lo pone en las redes, casi nadie le hace caso. Y otras veces uno cuelga cualquier ocurrencia sin pensarlo mucho y obtiene unos efímeros momentos de gloria. Imposible desentrañar las claves del éxito.



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