domingo, 8 de julio de 2018

Gente que no vino a sanfermines GERTRUDE STEIN

Alice B. Toklas y Gertrude Stein en su casa de París.


Gertrude Stein fue una escritora norteamericana nacida en Pensilvania en 1874 y criada en California en el seno de una acomodada familia judía de origen alemán. A principios del siglo XX se estableció en París, donde residió la mayor parte de su vida. Su casa se convirtió en centro de reunión de artistas, intelectuales y bohemios y ella en una especie de mentora y mecenas que impulsó la carrera de muchos de ellos. Era también coleccionista de obras de arte. Bautizó como Generación Perdida al grupo de jóvenes escritores americanos que se establecieron en Francia tras la I Guerra Mundial (John Dos Passos, Ezra Pound, William Faulkner, Ernest Hemingway, Sherwood Anderson, Francis Scott Fitzgerald...). Acogió a Hemingway cuando este llegó a París y le dio consejos para encauzar su carrera literaria. Hicieron tan estrecha amistad que Stein fue la madrina de bautismo del primer hijo de Hemingway, pero posteriormente su relación se deterioró y cada uno de ellos escribió cáusticos retratos del otro. Se suele atribuir a un consejo de Gertrude Stein el que Hemingway emprendiera en 1923 su primer viaje a Pamplona para conocer los sanfermines, aunque también se cuenta que quien en realidad hizo la sugerencia fue Alice B. Toklas, la pareja de Stein (en una época en la que ni se podía mencionar, ambas apenas disimulaban su relación lesbiana). Gertrude Stein aparece habitualmente en la lista de ilustres visitantes de los sanfermines; la muestra “Recuperando a Hemingway” indicaba en uno de sus paneles que Gertrude y Alice estuvieron en Pamplona en 1915.

No hubiera sido nada raro que se produjera esa visita. Ambas estuvieron en España en varias ocasiones y, en particular, pasaron buena parte de 1915 y de 1916 en este país, huyendo de las incursiones de los zepelines alemanes y de las incomodidades que producía en París la I Guerra Mundial. Además de residir en Mallorca entre mayo de 1915 y abril de 1916, donde ya antes habían pasado dos veranos, en sus visitas viajaron por diversas ciudades españolas: Madrid, donde acudieron por primera vez y se aficionaron a los toros, Barcelona, Valencia, Burgos, El Escorial, Ávila, Granada, Cuenca, Toledo… Por otro lado, las fiestas de Pamplona en aquel tiempo pre-Hemingway ya eran bien conocidas en Francia y llegaban muchos visitantes de allí. Desde que Napoleón III se hizo construir un palacio en Biarritz (el actual Hôtel du Palais) por complacer a su esposa, la emperatriz Eugenia de Montijo, que quería veranear en un lugar cercano a España que había conocido en su infancia, esa ciudad, y toda la Côte Basque por extensión, fue una estación balnearia muy de moda durante la Belle Époque. Acudían miembros de la realeza, allí estuvieron la reina Victoria de Inglaterra o la emperatriz Sissi, y el zar Alejandro III promovió la construcción de su monumental iglesia ortodoxa al servicio de los nobles rusos que frecuentaban la que se llamaba “la playa de las reinas y la reina de las playas”, así como de la aristocracia y de las clases acomodadas de toda Europa. Después, y hasta el presente, ha seguido siendo un selecto destino turístico. La cercanía a Pamplona acostumbró a algunos veraneantes a visitar los sanfermines, y es posible que Sarasate, que tenía una casa en Biarritz llamada Villa Navarra, contribuyera a ello ya que la prensa francesa se hacía eco de su asistencia a las fiestas y de los conciertos que ofrecía. De hecho, en 1932 se instituyeron las fiestas de Bayona, directamente inspiradas en los sanfermines, para atraer a esos turistas y evitar que se fueran de excursión a Pamplona o San Sebastián.

Pero ni en las memorias de Stein, The Autobiography of Alice B. Toklas y Everybody's Autobiography, ni de Toklas, What is Remembered, se menciona ninguna visita a Pamplona, tampoco en sus biografías (Bobhouse, Brinnin, Hoffman, Knapp, etc.) o en su correspondencia. En el improbable caso de que hubieran pasado por Pamplona no pudo ser en los sanfermines de 1915, por aquel entonces estaban en Mallorca. Tampoco hay datos de que acudieran a las fiestas de cualquier otro año, no volvieron a España después de 1916 y acostumbraban a pasar el verano en un pueblo cercano a los Alpes. En una carta de 1965 a John y Patricia Lucas, publicada en Staying on Alone. Letters of Alice B. Toklas, esta dice que sabe muy poco de Pamplona (“I know Pamplona very little”), pues había tenido un prejuicio en su contra a cuenta de Hemingway, parece que no le tenía mucha simpatía.


Publicado en Diario de Noticias el 7 de julio de 2018

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