miércoles, 18 de julio de 2018

Curiosa constante histórica de la monarquía española



Desde hace más de dos siglos todos los reyes de España han vivido en el exilio. Unos antes de ser coronados, otros después de reinar. Pero todos, absolutamente todos, hicieron las maletas para ir o para volver. Veamos.

Carlos III (1759-1788) fue el último rey de España que no conoció el exilio. Sí que vivió una temporada fuera, pero fue voluntariamente como rey de Nápoles y Sicilia.
   

Carlos IV (1788-1808) se exilió después de abdicar dos veces en su hijo Fernando VII, primero a consecuencia del Motín de Aranjuez y luego coaccionado por Napoleón. Vivió en Francia y en Italia, donde murió en 1819.




José I (1808-1813), nombrado rey de España por Napoleón, tras obligar a Carlos IV y Fernando VII a abdicar sus derechos en él, salió huyendo tras la derrota de las tropas francesas en Vitoria ante Wellington y se estableció en Francia. Tras la caída de Napoleón, en 1815 se estableció en Estados Unidos, en 1839 regresó a Europa y vivió en Inglaterra e Italia, donde murió en 1844.
 


  
Fernando VII (1808-1833) estuvo preso en Valençay entre 1808 y 1814, después de ser obligado por Napoleón a abdicar a su favor.

Isabel II (1833-1868) fue destronada por la Revolución Gloriosa de 1868 y fijó su residencia en París, donde falleció en 1904. En 1870 abdicó en su hijo Alfonso.

Amadeo I (1871-1873), elegido por las Cortes como monarca constitucional, abdicó a los dos años de reinado harto del país. Tomó un tren a Lisboa y allí se embarcó para volver a Italia. La Asamblea Nacional proclamó la I República.

Alfonso XII (1874-1885) acompañó a su madre, Isabel II, al exilio en Francia tras la Revolución de 1868. Hizo estudios en Ginebra, Viena y Sandhurts. Regresó desde esta localidad inglesa a Madrid tras ser proclamado rey por el general Martínez Campos en Sagunto.

Alfonso XIII (1886-1931), tras la proclamación de la II República, pasó por Francia antes de fijar su residencia en Roma, donde murió en 1941.

Juan Carlos I (1975-2014), nació en 1938 en Roma, donde estaba exiliada su familia. Residió luego en Lausana, antes de establecerse en Madrid, a los diez años de edad, para ser educado como futuro rey de España merced al acuerdo cerrado por su padre con Franco. Pasó también algunas temporadas en Estoril, Portugal, donde se habían establecido sus padres. En 1969 fue designado por Franco como su sucesor.




Así que la duda es si Felipe VI también se verá sometido a esta constante, o logrará romperla después de dos siglos…

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