viernes, 22 de mayo de 2020

Escrito durante el coronavirus 64


Me tranquiliza saber que es muy improbable que alguna vez me levanten un monumento. Afortunadamente, mis méritos son muy escasos. Prefiero no pasar a la posteridad con una escultura que me recuerde ante el peligro de que, con la mejor intención, me dediquen un bodrio. Ejemplos hay muchos. Te pueden perpetrar una efigie como la de Winston Churchill en Londres, jorobado y contrahecho, o como la de Sancho el Mayor en el parque de la Media Luna de Pamplona, deforme y cabezón, además de que no llegó el presupuesto para ponerle peana y está a ras de suelo, pobretona y mustia.

Claro que podría tener la mala suerte de formar parte de algún colectivo al que se rinde homenaje de forma conjunta. Por ejemplo, si perezco como víctima de algo. Hay dos monumentos a las víctimas del terrorismo que no me gustan nada, creo que hacen flaco favor al noble propósito por el cual se colocaron; el de las víctimas del 11-M en la estación de Atocha, en Madrid, y el de las víctimas de ETA en la plaza del Baluarte de Pamplona. Pero, en fin, es una cuestión de gustos.

Menos mal que mi papel en la pandemia del COVID-19 ha sido el de simple ciudadano, mi función para combatirla ha consistido en no hacer nada, quedarme en casa y no molestar, que es lo que me pidieron las autoridades. Me resultaría aterrador que me pudieran relacionar con el monumento a “los héroes” del COVID-19 que acaban de colocar en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Las redes sociales están que arden, y no es para menos. Las almas más caritativas dicen que la parte inferior es una desconstrucción de nutrientes, microorganismos y otras sustancias tras atravesar el tracto digestivo por el camino recto (cito de Agustín Amaro), las menos caritativas dicen que es una mierda. Parece que el detritus procede del fantasma que culmina la escultura; nunca hubiera supuesto que los fantasmas defecaran. Y no sé que tiene qué ver el fantasma con la pandemia. Parece ser que la presidenta no tiene quien la asesore (bien).

En cualquier caso, la escultura se ajusta bien al espíritu de los tiempos. Para cagada, la del Gobierno, o la del PSOE, no sé, con la derogación de la reforma laboral. Cómo hacerse un lío sin ninguna necesidad, y como si ya tuviera pocos problemas…


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