15 de mayo,
San Isidro Labrador, patrono de los agricultores y de Madrid, entre otros
lugares. Este año en la capital también han tenido que suspender sus fiestas,
como los sanfermines, las Fallas, la Feria de Abril. Mal de muchos, epidemia. Como
nosotros, se han quedado sin la feria taurina, que no se suspendía desde la
Guerra Civil. Como cuento en mi libro Hemingway en los sanfermines, en
1926 también se suspendió la corrida de toros del día de San Isidro. Hemingway
escribió años más tarde que fue porque estaba nevando, una exageración de las
suyas, esos días hizo mucho frío pero no nevó, como se deduce de la prensa de
la época. Si no hubo corrida es porque los veterinarios rechazaron todos los
toros. El futuro premio Nobel había viajado a Madrid solo y no había traído
ropa de abrigo suponiendo que en primavera no la iba a necesitar, así que se
quedó escribiendo en la pensión Aguilar de la Carrera San Jerónimo o en el café
más cercano tomando café y brandy Domecq. Presumía de que en ese día sin toros escribió
tres relatos: The Killers, Today is Friday y Ten Indians.
Por
cierto, no confundir Ten Indians con Ten Little Indians. Este es
el título que han dado en Estados Unidos a algunas ediciones de la novela, y a
las películas basadas en ella, que originalmente Agatha Christie tituló Ten
Little Niggers, es decir, Diez negritos. Otras veces la han titulado
And Then There Were None. Todo por no hablar de negros, porque nigger
es una palabra malsonante y ofensiva, hay que sustituirla por afroamericano.
Salvo cuando hablan los afroamericanos, que sí se llaman nigger entre
ellos.
En lo
que me afecta más personalmente, hoy se publica la Orden Foral que regula la
reincorporación gradual de los empleados públicos al trabajo presencial. Una
vez más confirmo que soy de los más prescindibles y que iré en la cola, en todo
caso cuando pasemos de la fase 3 a la nueva normalidad. Aunque quizás tampoco
entonces, ya que se dispone la prioridad del trabajo no presencial, y
especialmente en el caso de colectivos vulnerables para la COVID-19, entre
ellos se incluye a personas con hipertensión, yo tengo un poquito y tomo
pastillas para controlarla, no sé si entro en ese grupo, y mayores de 60 años,
grupo en el que entraré el mes que viene. Ya tengo instalada la aplicación de
teletrabajo en mi casa, y por las características de mi trabajo lo puedo hacer
perfectamente sin moverme de mi cuarto de estar, salvo alguna periódica visita
a la oficina para dejar expedientes resueltos y coger otros pendientes. Así que
quizás el tiempo que me queda hasta la jubilación lo pueda hacer en régimen de
teletrabajo. Yo prefiero no madrugar y trabajar en zapatillas organizándome el
horario a mi gusto; hay otra gente que prefiere huir de casa y acudir a un
centro de trabajo… a ver si hay suerte y nos dejan elegir. De momento estoy
haciendo teletrabajo, poquito, porque la maquinaria se ha parado, pero poco a
poco se irá reactivando e irán fluyendo los expedientes. Esta semana he hecho
mi primera visita a la oficina para dejar y recoger papeles, y me propongo ir regularmente
cada varios días, o cuando mis superiores me reclamen, mientras dure este
régimen.
Ayer disfruté
de mi segundo día de terraza poscoronavirus. Hacía fresco pero las terrazas
abiertas estaban muy concurridas y había que espabilarse para tener sitio. Una
vez que nos autorizan el paseo y el terraceo, el confinamiento ya es mucho más
soportable.
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