Estimados
desconfiados, suspicaces y temerosos: tenéis razón. No hay que fiarse. Nos
engañan. Todos. El virus no es un virus; nos esconden la vacuna, que ya existe;
la cosa no empezó en China; las mascarillas que nos reparten no sirven, las
buenas las tienen ellos; el estado de alarma es una trampa; la apertura de
comercios una imprudencia; las cifras de contagiados y de muertos son falsas; a
los ancianos les aplican la eutanasia en las ucis; la lejía no desinfecta; los
expertos no existen, Fernando Simón no es médico; se prepara un golpe de
Estado, todo es un montaje.
Así
que, por favor, no salgáis. Aunque estéis en una provincia en fase 1. Quedaos
en casa. No vayáis a los lugares que abren mañana. Es muy arriesgado, no podéis
confiar en estar seguros allí. No os dejéis manipular.
Y
sobre todo, sobre todo, no vayáis a una terraza a tomar cañas. Dejadnos el
sitio a los imprudentes.
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