Después
de tantas semanas de pésimas noticias, que hemos intentado soportar sin perder el
sentido del humor en medio de la catástrofe, las buenas noticias de hoy son que
los niños pueden salir a pasear una hora al día (por mi calle ha debido de
pasar Herodes, porque miro por la ventana de vez en cuando y no veo ningún niño)
y, para los que no tenemos niños paseables, que el sábado que viene, 2 de mayo,
los adultos también podremos salir a pasear y a hacer ejercicio. Eso sí, únicamente
con las personas con las que convivimos, lo cual en mi caso quiere decir que
saldré solo. De momento, no podré reanudar los paseos de los sábados en grupo,
y mucho menos culminarlos con un aperitivo o una comida, ya que la reapertura
de la hostelería todavía se ve lejana y va a resultar muy problemática.
Hasta
que no podamos ir a un bar o a un restaurante, no podremos decir que hemos
recuperado cierta normalidad. Espero que la normalidad total no la recuperemos
nunca, porque más que normalidad era una anormalidad, sabíamos que nuestra civilización
es insostenible y nos conduce a la extinción. Los primeros avisos, como el cambio
climático, los hemos ignorado en la práctica, haciendo como que hacíamos algo,
pero básicamente hemos seguido viviendo como si el planeta lo aguantara todo y
tuviéramos recursos inagotables. Con reciclar un poco la basura y poner a todo
el adjetivo “sostenible” nos conformábamos. Ahora nos ha llegado una advertencia
más directa en forma de virus, que nos obliga a reabrir el debate sobre cómo
hemos de cambiar nuestra forma de vida. ¿Lo haremos? Ya veremos, porque va a
ser un debate complicado. Hoy en la prensa leo, valga como mero ejemplo, que
los animalistas dicen que la epidemia ha de servir para replantearse la tauromaquia
y eliminar la muerte de los toros de los sanfermines, y que los ganaderos de
toros bravos piden reformas en la normativa y la fiscalidad para poder renovar
la tauromaquia y que siga siendo viable. Obviamente, cada uno arrima el ascua a
su sardina (el corrector de Word insiste en que ponga “la ascua”, pero la RAE
dice que es “el ascua”). Lo mismo va a suceder si hablamos sobre transporte
público y transporte privado, sobre precios de productos agrícolas y salario mínimo,
y sobre tantos otros temas.
En
fin, pasito a pasito, estamos en el día -6 de salir de paseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario