El Congreso
de los Diputados ha autorizado la prórroga del estado de alarma hasta las 00:00
horas del domingo 12 abril. Domingo de Resurrección, una fecha simbólicamente muy
indicada para poner fin al confinamiento domiciliario y poder salir a la calle.
Sería una buena noticia doble, porque significaría que la situación sanitaria empezaba
a mejorar. Pero, de momento, el acuerdo nos sitúa en la incertidumbre de, si
llegada la fecha, no se prorrogarán de nuevo las medidas contra la epidemia, se
mantendrán algunas de ellas o, incluso, si habrá que adoptar medidas más
restrictivas. Mientras tanto, seguiremos viviendo en este peculiar Día de la Marmota,
donde las noticias de cada día son prácticamente idénticas a las del día
anterior.
Menos
mal que, hasta que llegue ese esperado momento de la liberación, en que podamos
volver a morir por las causas a las que estamos acostumbrados, accidentes de
tráfico, accidentes de trabajo, violencia de género, gripe común, hay disponible
una gran cantidad de artículos con recomendaciones para pasar la cuarentena en
casa. Gracias a los expertos sabemos que hay que tener pensamientos positivos,
centrarse en que estamos haciendo lo correcto como buenos ciudadanos, no
agobiarnos pensando en lo que falta de reclusión sino intentar ir día a día, planificando
las actividades cotidianas, estar ocupado, fijar unas rutinas, estar informado,
pero no sobreinformarse, que eso genera ansiedad, y hablar con las personas que
queremos y que nos hacen sentirnos bien. Nunca se nos hubieran ocurrido esas
cosas, menos mal que ha llegado el coronavirus y que contamos con expertos para
todo.
Quizás
convenga añadir, a esos buenos consejos, el amor a la patria y el ser justos y
benéficos, como establecieron los constituyentes gaditanos, y puede que proceda
también aconsejar no apedrear las ambulancias que transportan a los enfermos de
coronavirus a las residencias de ancianos. Habrá quien piense que esta última
recomendación no es necesaria, pero leo que tal comportamiento tan poco
benéfico ha sucedido, precisamente, cerca de Cádiz, en La Línea de la
Concepción. También puede convenir aconsejar no denunciar, mediante escrito
colocado en el portal, a los vecinos que no salen a su balcón a aplaudir, como
ha sucedido en Oviedo, ya que el aplauso todavía no es obligatorio. Ni procede
fugarse del hospital, si estás internado por coronavirus, e irte a casa, como
ha sucedido en varios lugares, o salir a pasear con una cabra como animal de
compañía, como sucedió en Barcelona, o con un perro de peluche, como hizo un
vecino de Valladolid. Y aunque el Gobierno ha autorizado, en ciertos casos, que
pueda viajar más de una persona en un automóvil, de ningún modo puede
circularse con ocho personas, la ITV caducada, una rueda pinchada y los faros
rotos, como sucedió hace poco en Sevilla. A veces la sabiduría consiste en
señalar lo que es obvio, siempre habrá alguien empeñado en ignorarlo…
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