martes, 24 de marzo de 2020

Escrito durante el coronavirus 12


Esta mañana, nada más levantarme, he recibido de mi amigo de Facebook Manolito Sol, de Louisville, Kentucky, un mensaje de audio que me ha animado para todo el día. Es obvio que la epidemia de coronavirus va a desaparecer en muy pocos días ya que se ha encontrado el método para acabar con la enfermedad. El mensaje dice así: “Rosi, mira una información muy buena de un médico argentino que acabo de ver, pero no puedo pasar de WhatsApp a Messenger. Pon un cazo a hervir de agua, cuando esté bien hirviendo te tapas la cabeza y respiras el vapor caliente. Ese vapor caliente que está a más de cincuenta grados se respira por la nariz y el virus muere con ese calor, incluso llega el vapor, el calor, hasta el pulmón. Tres o cuatro veces al día lo más rato posible que podáis. Pasa esta información a toda la gente que puedas, un beso, cariño, un beso, que Dios te bendiga”.

Lo único que me produce un poco de perplejidad de esta magnífica noticia es que haya enfermos de coronavirus en Finlandia (unos 700, leo), con lo aficionados a la sauna que son allí y lo acostumbrados que están a aspirar vapor, o en Turquía (más de 1.500), que hacen lo propio en los baños turcos. Quizás no estén respirando la suficiente cantidad.

Por si este método fallara, no solo entre los fineses y turcos, he de contar que han descubierto otro tratamiento infalible, corre por las redes un mensaje de Laila Ahmadi, estudiante de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Zanjan, en China, según el cual para prevenir el contagio hay que tomar mucha vitamina C natural y “usar más madera amarilla”. Cita al profesor Chen Horin, CEO del Hospital Militar de Beijing, para recomendar que se beba todos los días agua caliente vertida sobre un limón cortado en tres partes. He leído otras variantes según las cuales hay que hacer gárgaras con agua caliente a la que se añade sal, vinagre o ajos. Personalmente, prefiero el sabor a limón. Otra receta contra el coronavirus recomienda tomar sorbos de agua cada 15 minutos ya que el líquido hace que el virus que podamos tener alojado en las vías respiratorias llegue rápidamente al estómago y sea destruido por los ácidos digestivos. Hay quien recomienda tomar infusiones calientes con el mismo objetivo. Está claro que la clave de todo es el agua.

También he leído el consejo de una otorrinolaringóloga de tomar una tableta de vitamina C y omega de la marca GNC para fortalecer el sistema inmunológico y hacer frente al coronavirus, y el de científicos del Instituto Tecnológico de Monterrey de mantener el cuerpo en estado alcalino, porque un cuerpo con el pH alcalino no enferma. Por lo visto, también existe un suero que ha presentado hace poco el doctor Hala, ministro de Salud de Egipto, cuya eficacia al 100 % se ha demostrado “en más de 7 casos” (quizás hayan sido 8), y que se va a exportar en breve a todos los países del mundo.

En fin, a la espera de que llegue el suero, yo voy a mantenerme lo más alcalino posible mientras aspiro vapor haciendo gárgaras con agua caliente, limón, omega, sal y ajos, cada 15 minutos, sobre una tabla de madera amarilla. Por prevenir, porque ya sé que no estoy infectado, he utilizado el método de autodiagnóstico que he visto en internet: inhalar profundamente y sostener la respiración durante más de 10 segundos, si no te da la tos es que no estás contagiado.

Pásalo.

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