Esta mañana,
nada más levantarme, he recibido de mi amigo de Facebook Manolito Sol, de
Louisville, Kentucky, un mensaje de audio que me ha animado para todo el día. Es
obvio que la epidemia de coronavirus va a desaparecer en muy pocos días ya que
se ha encontrado el método para acabar con la enfermedad. El mensaje dice así: “Rosi,
mira una información muy buena de un médico argentino que acabo de ver, pero no
puedo pasar de WhatsApp a Messenger. Pon un cazo a hervir de agua, cuando esté bien
hirviendo te tapas la cabeza y respiras el vapor caliente. Ese vapor caliente que
está a más de cincuenta grados se respira por la nariz y el virus muere con ese
calor, incluso llega el vapor, el calor, hasta el pulmón. Tres o cuatro veces
al día lo más rato posible que podáis. Pasa esta información a toda la gente
que puedas, un beso, cariño, un beso, que Dios te bendiga”.
Lo
único que me produce un poco de perplejidad de esta magnífica noticia es que
haya enfermos de coronavirus en Finlandia (unos 700, leo), con lo aficionados a
la sauna que son allí y lo acostumbrados que están a aspirar vapor, o en
Turquía (más de 1.500), que hacen lo propio en los baños turcos. Quizás no
estén respirando la suficiente cantidad.
Por si
este método fallara, no solo entre los fineses y turcos, he de contar que han descubierto
otro tratamiento infalible, corre por las redes un mensaje de Laila Ahmadi, estudiante
de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Zanjan, en China, según
el cual para prevenir el contagio hay que tomar mucha vitamina C natural y “usar
más madera amarilla”. Cita al profesor Chen Horin, CEO del Hospital Militar de
Beijing, para recomendar que se beba todos los días agua caliente vertida sobre
un limón cortado en tres partes. He leído otras variantes según las cuales hay
que hacer gárgaras con agua caliente a la que se añade sal, vinagre o ajos.
Personalmente, prefiero el sabor a limón. Otra receta contra el coronavirus
recomienda tomar sorbos de agua cada 15 minutos ya que el líquido hace que el
virus que podamos tener alojado en las vías respiratorias llegue rápidamente al
estómago y sea destruido por los ácidos digestivos. Hay quien recomienda tomar
infusiones calientes con el mismo objetivo. Está claro que la clave de todo es
el agua.
También
he leído el consejo de una otorrinolaringóloga de tomar una tableta de vitamina
C y omega de la marca GNC para fortalecer el sistema inmunológico y hacer
frente al coronavirus, y el de científicos del Instituto Tecnológico de
Monterrey de mantener el cuerpo en estado alcalino, porque un cuerpo con el pH
alcalino no enferma. Por lo visto, también existe un suero que ha presentado
hace poco el doctor Hala, ministro de Salud de Egipto, cuya eficacia al 100 %
se ha demostrado “en más de 7 casos” (quizás hayan sido 8), y que se va a
exportar en breve a todos los países del mundo.
En
fin, a la espera de que llegue el suero, yo voy a mantenerme lo más alcalino
posible mientras aspiro vapor haciendo gárgaras con agua caliente, limón, omega,
sal y ajos, cada 15 minutos, sobre una tabla de madera amarilla. Por prevenir, porque
ya sé que no estoy infectado, he utilizado el método de autodiagnóstico que he visto
en internet: inhalar profundamente y sostener la respiración durante más de 10
segundos, si no te da la tos es que no estás contagiado.
Pásalo.
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