Aunque
ya nos han aliviado mucho el confinamiento domiciliario, entre el teletrabajo y
los límites de desplazamiento uno pasa mucho tiempo en casa y demasiado tiempo atento
a las redes sociales. Por algún extraño motivo, quizás tras un ERTE se hayan
reincorporado los trabajadores y estén poniéndose al día en Facebook, entre
ayer y hoy me están bombardeando con solicitudes de amistad desde todo el mundo.
Sé que no solo me pasa a mí, también a otros usuarios. Yo suelo decir que sí a
casi todas, porque sé que luego hay oportunidad de dar marcha atrás. Y con la
misma facilidad que acepto “amistades” luego las borro de la lista por motivos
varios que ya he mencionado alguna vez por aquí: por compartir bulos, por
compartir tonterías, por compartir mensajes racistas, xenófobos, machistas,
fascistas, por hacer comentarios que demuestran estupidez congénita, por
ortografía espantosa, por ofrecerme préstamos que no he pedido ni me interesan,
por ofrecer servicios sexuales que tampoco he solicitado, por llamarme mediante
videoconferencia sin venir a cuento. Muchas se caen de la lista tras el primer
mensaje de Messenger que me envían, son amistades de cinco minutos.
He de
reconocer que hoy, al menos, he entablado algunas amistades originales. Una
señora llamada Amerzada Khan (la foto que acompaña, al menos, es de una señora,
aunque vete a saber), nada más aceptar la amistad, me escribe en Messenger y me
dice: “Tienes un perfil interesante, tengo un secreto de mi vida que quiero
compartir contigo confidencial, escríbeme a través de mi dirección de correo
electrónico christy501k@hotmail.com”. He reprimido mi natural curiosidad por
conocer ese secreto y la he borrado de la lista. En Facebook han sido tan
amables de obsequiarme con una ventana emergente que me advertía de que, si no
conocía a esa persona, es posible que fuera una estafa. Otra señora a la que
prefiero no identificar, pero es de Pamplona, me ha dicho que, como ve que soy
escritor, va a comprar y leer mis libros. A lo mejor también es mentira, pero solo
por la ilusión que me hace voy a conservarla en mi lista de amigas de Facebook.
Me saluda también otra señora llamada Ася Прокопенко, de Moscú, por las fotos
que cuelga debe de trabajar como modelo. Deduzco que es un nombre muy corriente
en Rusia, porque en Facebook hay un montón de páginas de señoras que se llaman igual
que ella y, curiosamente, todas parecen trabajar de modelos. Con mucho sentimiento
la he borrado de mi lista porque la comunicación iba a ser difícil, parece ser
que solo escribe en ruso, idioma que no domino (solo sé decir спасибо y На
здоровье). En las redes debo ofrecer una imagen de políglota, porque un tal
Marc Fagbeji, de Cotonú (Benín) me escribe en dos idiomas: “Bonjour miguel aider
moi à publier se texte parce qu'il m'a vraiment la banque de italie voilà le
texte (UNICREDIT Con sede a Roma, UNICREDIT - originariamente chiamato BANCA
CREDITO ITALIANO - è la principale banca italiana in termini di gestione
patrimoniale. Con un fatturato di 31,5 miliardi di euro nel 2011, è presente in
varie regioni d'Italia e le sue filiali si trovano in diversi paesi europei,
vale a dire Polonia, Austria o Germania. Conduce anche il pacchetto nel mercato
azionario dell'Eurozona. contatta la banca qui italiebanque39@gmail.com, verrai
servito)”. También lo he borrado, para no hacerme un lío con tantas lenguas. Un
señor llamado Jean Vildré, pese al nombre parece ser muy español y mucho
español, me invita a dar un “me gusta” a un perfil llamado Llevamascarilla, por lo que veo venden “mascarillas
de España”, de fabricación 100 % española, en colores azul, negro y verde y con
la bandera rojigualda, las veo muy apropiadas para hacer juego con el uniforme
de la Guardia Civil o de la Policía Nacional, pero no son muy de mi estilo, así
que no le he dado al me gusta. A mí esto de las invitaciones a clicar un “me
gusta” a veces me resultan un poco embarazosas, cuando te dicen “Fulanita te ha
invitado a que indiques que te gusta Fulanita” me temo que puedan pensar que tengo
algún tipo de intenciones sentimentales o sexuales.
En
fin, no sé si es muy productivo el tiempo empleado en las redes, pero se conoce
una fauna curiosa…
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