martes, 2 de junio de 2020

Escrito durante el coronavirus 73


Aunque ya nos han aliviado mucho el confinamiento domiciliario, entre el teletrabajo y los límites de desplazamiento uno pasa mucho tiempo en casa y demasiado tiempo atento a las redes sociales. Por algún extraño motivo, quizás tras un ERTE se hayan reincorporado los trabajadores y estén poniéndose al día en Facebook, entre ayer y hoy me están bombardeando con solicitudes de amistad desde todo el mundo. Sé que no solo me pasa a mí, también a otros usuarios. Yo suelo decir que sí a casi todas, porque sé que luego hay oportunidad de dar marcha atrás. Y con la misma facilidad que acepto “amistades” luego las borro de la lista por motivos varios que ya he mencionado alguna vez por aquí: por compartir bulos, por compartir tonterías, por compartir mensajes racistas, xenófobos, machistas, fascistas, por hacer comentarios que demuestran estupidez congénita, por ortografía espantosa, por ofrecerme préstamos que no he pedido ni me interesan, por ofrecer servicios sexuales que tampoco he solicitado, por llamarme mediante videoconferencia sin venir a cuento. Muchas se caen de la lista tras el primer mensaje de Messenger que me envían, son amistades de cinco minutos.

He de reconocer que hoy, al menos, he entablado algunas amistades originales. Una señora llamada Amerzada Khan (la foto que acompaña, al menos, es de una señora, aunque vete a saber), nada más aceptar la amistad, me escribe en Messenger y me dice: “Tienes un perfil interesante, tengo un secreto de mi vida que quiero compartir contigo confidencial, escríbeme a través de mi dirección de correo electrónico christy501k@hotmail.com”. He reprimido mi natural curiosidad por conocer ese secreto y la he borrado de la lista. En Facebook han sido tan amables de obsequiarme con una ventana emergente que me advertía de que, si no conocía a esa persona, es posible que fuera una estafa. Otra señora a la que prefiero no identificar, pero es de Pamplona, me ha dicho que, como ve que soy escritor, va a comprar y leer mis libros. A lo mejor también es mentira, pero solo por la ilusión que me hace voy a conservarla en mi lista de amigas de Facebook. Me saluda también otra señora llamada Ася Прокопенко, de Moscú, por las fotos que cuelga debe de trabajar como modelo. Deduzco que es un nombre muy corriente en Rusia, porque en Facebook hay un montón de páginas de señoras que se llaman igual que ella y, curiosamente, todas parecen trabajar de modelos. Con mucho sentimiento la he borrado de mi lista porque la comunicación iba a ser difícil, parece ser que solo escribe en ruso, idioma que no domino (solo sé decir спасибо y На здоровье). En las redes debo ofrecer una imagen de políglota, porque un tal Marc Fagbeji, de Cotonú (Benín) me escribe en dos idiomas: “Bonjour miguel aider moi à publier se texte parce qu'il m'a vraiment la banque de italie voilà le texte (UNICREDIT Con sede a Roma, UNICREDIT - originariamente chiamato BANCA CREDITO ITALIANO - è la principale banca italiana in termini di gestione patrimoniale. Con un fatturato di 31,5 miliardi di euro nel 2011, è presente in varie regioni d'Italia e le sue filiali si trovano in diversi paesi europei, vale a dire Polonia, Austria o Germania. Conduce anche il pacchetto nel mercato azionario dell'Eurozona. contatta la banca qui italiebanque39@gmail.com, verrai servito)”. También lo he borrado, para no hacerme un lío con tantas lenguas. Un señor llamado Jean Vildré, pese al nombre parece ser muy español y mucho español, me invita a dar un “me gusta” a un perfil llamado Llevamascarilla, por lo que veo venden “mascarillas de España”, de fabricación 100 % española, en colores azul, negro y verde y con la bandera rojigualda, las veo muy apropiadas para hacer juego con el uniforme de la Guardia Civil o de la Policía Nacional, pero no son muy de mi estilo, así que no le he dado al me gusta. A mí esto de las invitaciones a clicar un “me gusta” a veces me resultan un poco embarazosas, cuando te dicen “Fulanita te ha invitado a que indiques que te gusta Fulanita” me temo que puedan pensar que tengo algún tipo de intenciones sentimentales o sexuales.

En fin, no sé si es muy productivo el tiempo empleado en las redes, pero se conoce una fauna curiosa…


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