El fotógrafo Francisco Cano "Canito" y Charlton Heston en 1962
Entre los muchos oropeles con que
cuentan los sanfermines está la cantidad de personajes célebres que los han
visitado. Bien podríamos instalar en la avenida de Carlos III un paseo de la fama,
si no tan imponente como el de Hollywood, al menos parecido al que tienen en el
paseo marítimo de Valencia con los actores y directores que han visitado su mostra de cine, con una estrella por
cada famoso que haya acudido a nuestras internacionales fiestas. La primera
habría que dedicarla, cómo no, a Hemingway, el visitante más legendario (sobre sus
andanzas sanfermineras se cuentan muchas más leyendas que hechos reales). En
cuanto a los restantes nombres, habría que decidir si van a recibir estrella solo
los que efectivamente vinieron o también aquellos que dice la leyenda que
vinieron. Porque me da que hay tantos, si no más, de estos como de los otros,
la nómina de personajes que supuestamente vinieron a conocer los sanfermines es
amplia y se va engrosando incluso hacia el pasado.
El pasado
diciembre de 2017 el Ayuntamiento de Pamplona organizó una serie de actividades
bajo el título de “Recuperando a Hemingway” (¿necesitaba recuperación?) que
incluía, además de conferencias y proyección de películas, una exposición de
paneles y fotografías colocados en la plaza del Castillo. En la nota de prensa
que daba noticia de todo ello se afirmaba que Hemingway situó a Pamplona en el
mapa de las vanguardias culturales europeas y añadía:
«En esos
espacios se presentará la privilegiada posición que tuvo Pamplona entre las
personas y artistas que marcaron la revolución cultural europea en los años
1920-1930 de forma que Pamplona fue un lugar de obligada visita y estuvo
presente en muchas de las conversaciones y creaciones de aquella generación que
impulsó los movimientos surrealista, dadaísta o cubista.
Entre ellos
destaca la figura de Man Ray, que visitó Pamplona en el año 1929, uno de los
grandes impulsores de la vanguardia cultural europea. La exposición recoge
media docena de retratos fotográficos. También se reproduce un cuaderno de
viaje de 1927, inédito en Europa, del pintor estadounidense Waldo Peirce con
apuntes y textos como el siguiente: "Si no ha visto fiestas en Pamplona/
No ha visto fiesta ninguna/ Si no ha visto torear a Don Ernesto/ No ha visto
ningún diestro". Y es que Picasso, Miró, Zuloaga o Quintanilla pasaron en
aquellos años por Pamplona, como también lo hicieron músicos como Josephine
Baker o Cole Porter, escritores como Gertrude Stein, Scott Fitzgerald o John
Dos Passos».
Varios de los
citados, cierto, estuvieron alguna vez en los sanfermines, como Dos Passos o
Waldo Peirce (su cuadro The Running of
the Bulls, en el Portland Museum of Art, Maine, representa el montón del encierro
del 7 de julio de 1927), de los que ya me he ocupado alguna vez. Por alguna
caprichosa razón, hay visitantes usualmente ignorados, hace pocos años dediqué
unas columnas a los amigos que acompañaron a Hemingway en sus visitas
sanfermineras, algunos fueron recordados en la citada exposición: Chink
Dorman-Smith, Donald Ogden Stewart, Robert McAlmon, Harry Crosby, Peter
Viertel… Entre otros que suelen ser olvidados están la cineasta favorita de
Hitler, Leni Riefenstahl, que vino en 1955, y el productor Darryl F. Zanuck, que
corrió el encierro y estuvo varias veces, la primera en 1956 para rodar escenas
de Fiesta. Por el contrario, ya
desmentí (sin éxito, la realidad no puede con la leyenda) el difundido bulo de
que Ava Gardner, con el resto del reparto de la película, Errol Flynn, Tyrone
Power y Mel Ferrer incluidos, nos visitara. Lo mismo sucede con la lista de
personajes mencionada por el Ayuntamiento, la mayoría nunca vinieron y su única
relación con los sanfermines es haber conocido a Hemingway, que trajo a unos pocos
de ellos, pero no a todos. Hubieran dado mucho brillo a la Pamplona de los años
veinte y ayudarían a desmentir su fama de ciudad provinciana y conservadora.
Pero me temo que la fama es merecida y que “la Pamplona vanguardista que
Hemingway contribuyó a crear” a que se refería el imaginativo comunicado
municipal, su triunfal entrada en la modernidad, no se produjo hasta que el
escritor ya reposaba en el cementerio de Ketchum.
En
fin, a identificar a algunos falsos visitantes de los sanfermines dedicaremos
esta columna en los próximos días. Que conste, en cualquier caso, que todos ellos
se merecen una estrella en el futuro paseo de la fama de los sanfermines.
Publicado en Diario de Noticias el 6 de julio de 2018
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