Emmanuel
Rudnitsky, nacido en Filadelfia en una familia de origen ruso, fue un fotógrafo
norteamericano que se hizo famoso bajo el seudónimo de Man Ray. Se instaló en
París en 1921, abrió un estudio en Montparnasse y frecuentó el mundillo
artístico y bohemio de la época. Logró reputación como retratista y conoció a
Hemingway en 1923 cuando Robert McAlmon, editor de su primer libro, le acompañó
para que le hiciera un retrato. Hicieron una breve amistad que duró mientras
Hemingway vivió en París, pero pronto sus caminos se separaron. Según dice Man
Ray en sus memorias (Autorretrato),
“él convertido en un gran aventurero, yo en un sedentario confeso”. Cuenta
también que le prestó su cámara y le enseñó a manejarla para que hiciera fotos
en su primera visita a Pamplona. En una carta de julio de 1924 Hemingway cuenta
a su madre que George O’Neil, que formaba parte del grupo que le acompañaba en
Pamplona, tiene una cámara de cine y están tomando escenas de las fiestas; en
otra carta de agosto siguiente dirigida a Gertrude Stein y Alice B. Toklas
afirma sobre “Our Movie of Pamplona”
que le ha dicho Man Ray que es una de las mejores películas que ha visto nunca.
Esta película, parece que revelada y editada por Man Ray, se perdió.
Man
Ray, en sus primeros tiempos, también pintó y realizó algunas películas
experimentales. En 1926 rodó Emak Bakia,
algunos fragmentos en la casa de Biarritz donde veraneaba su productor, Arthur
Wheeler. Se le atribuye un breve cortometraje documental de 1929 titulado Corrida (disponible en http://youtu.be/Y-jg6RWv7Jo). No puede ser
el filme ya mencionado en que participó Hemingway, la datación en 1929 parece
correcta pues se ve a los caballos de los picadores con el peto protector que
se implantó en 1927, más pequeño que el actual. Algún autor ha puesto en
cuestión si fue el propio Man Ray el autor de las imágenes, o si se limitó a
montarlas y a archivarlas. La mayoría de las fuentes afirman que la película
está rodada en Pamplona, así, por ejemplo, el catálogo del Centro Pompidou que
tiene publicadas en DVD varias películas de Man Ray; otras afirman que es una
plaza de toros francesa, como la base de datos IMDb.
No hay más que
visionar detenidamente la película de 1929 para descartar que se trate de la
plaza de toros de Pamplona. En esa fecha ya funcionaba la actual, que se
inauguró en 1922, y que es la única que conocieron Hemingway y sus amigos en
sus visitas, y no fue hasta 1967 cuando se amplió con la andanada hoy existente.
Todas las plazas de toros se parecen, pero hay muchos detalles en el
cortometraje de Man Ray que permiten identificar el coso en que fue rodado. En
particular, se pueden observar dos gradas, la superior adornada con arcos de
medio punto y en su frente con una barandilla metálica. Si se observan las
fotografías de la plaza de toros de Pamplona anteriores a 1967 se comprueba que
también tiene dos gradas, pero la superior carece de los arcos de medio punto y
no están provistas de barandilla metálica sino de un pretil de hormigón, la
superior con unos balconcillos que todavía existen hoy.
La comparación
del cortometraje con fotografías de otras plazas de toros permite deducir que
pudo ser rodado en la antigua plaza de San Sebastián conocida como El Chofre,
que fue construida en 1903 y demolida en 1974, y que se hallaba en el barrio de
Gros, cerca de la playa de la
Zurriola. Al igual que la de Pamplona, es la que conocerían
tanto Hemingway como todos sus amigos y compañeros de viaje por España. También
Man Ray, si fue él mismo quien rodara la película de 1929 (no dice nada de ella
en sus memorias), aunque hay que tener en cuenta que Hemingway estuvo ese
verano en San Sebastián después de acudir a los sanfermines, por lo que no es descartable
que fuera el escritor quien operase la cámara.
En
la exposición “Recuperando a Hemingway” de diciembre de 2017 se afirmaba en uno
de los paneles: «Parece ser que el propio Man Ray estuvo en Pamplona en el año
1929, y de su paso queda reflejo en una película titulada ‘Corrida’». Descartada
esa supuesta prueba de su presencia en los sanfermines, no conozco ninguna otra
sobre una visita de Man Ray a Pamplona. No aparece la menor mención de tal
viaje ni en su autobiografía, ni en sus biografías (Serge Sanchez, Herbert R. Lottman,
Roland Penrose), ni tampoco en las biografías de Hemingway. Así que no cabe más
remedio que concluir que la visita de Man Ray constituye una de las muchas
leyendas de los sanfermines.
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