Alice B. Toklas y Gertrude Stein en su casa de París.
Gertrude Stein fue una escritora
norteamericana nacida en Pensilvania en 1874 y criada en California en el seno
de una acomodada familia judía de origen alemán. A principios del siglo XX se
estableció en París, donde residió la mayor parte de su vida. Su casa se
convirtió en centro de reunión de artistas, intelectuales y bohemios y ella en
una especie de mentora y mecenas que impulsó la carrera de muchos de ellos. Era
también coleccionista de obras de arte. Bautizó como Generación Perdida al
grupo de jóvenes escritores americanos que se establecieron en Francia tras la I Guerra Mundial (John
Dos Passos, Ezra Pound, William Faulkner, Ernest Hemingway, Sherwood Anderson,
Francis Scott Fitzgerald...). Acogió a Hemingway cuando este llegó a París y le
dio consejos para encauzar su carrera literaria. Hicieron tan estrecha amistad
que Stein fue la madrina de bautismo del primer hijo de Hemingway, pero
posteriormente su relación se deterioró y cada uno de ellos escribió cáusticos
retratos del otro. Se suele atribuir a un consejo de Gertrude Stein el que
Hemingway emprendiera en 1923 su primer viaje a Pamplona para conocer los
sanfermines, aunque también se cuenta que quien en realidad hizo la sugerencia fue
Alice B. Toklas, la pareja de Stein (en una época en la que ni se podía
mencionar, ambas apenas disimulaban su relación lesbiana). Gertrude Stein
aparece habitualmente en la lista de ilustres visitantes de los sanfermines; la
muestra “Recuperando a Hemingway” indicaba en uno de sus paneles que Gertrude y
Alice estuvieron en Pamplona en 1915.
No
hubiera sido nada raro que se produjera esa visita. Ambas estuvieron en España
en varias ocasiones y, en particular, pasaron buena parte de 1915 y de 1916 en
este país, huyendo de las incursiones de los zepelines alemanes y de las
incomodidades que producía en París la I Guerra Mundial. Además de residir en Mallorca
entre mayo de 1915 y abril de 1916, donde ya antes habían pasado dos veranos, en
sus visitas viajaron por diversas ciudades españolas: Madrid, donde acudieron
por primera vez y se aficionaron a los toros, Barcelona, Valencia, Burgos, El
Escorial, Ávila, Granada, Cuenca, Toledo… Por otro lado, las fiestas de
Pamplona en aquel tiempo pre-Hemingway ya eran bien conocidas en Francia y
llegaban muchos visitantes de allí. Desde que Napoleón III se hizo construir un
palacio en Biarritz (el actual Hôtel du Palais) por complacer a su esposa, la
emperatriz Eugenia de Montijo, que quería veranear en un lugar cercano a España
que había conocido en su infancia, esa ciudad, y toda la Côte
Basque por extensión, fue una estación balnearia muy de
moda durante la Belle Époque. Acudían miembros de la realeza,
allí estuvieron la reina Victoria de Inglaterra o la emperatriz Sissi, y el zar
Alejandro III promovió la construcción de su monumental iglesia ortodoxa al
servicio de los nobles rusos que frecuentaban la que se llamaba “la playa de
las reinas y la reina de las playas”, así como de la aristocracia y de las
clases acomodadas de toda Europa. Después, y hasta el presente, ha seguido
siendo un selecto destino turístico. La cercanía a Pamplona acostumbró a algunos
veraneantes a visitar los sanfermines, y es posible que Sarasate, que tenía una
casa en Biarritz llamada Villa Navarra, contribuyera a ello ya que la prensa
francesa se hacía eco de su asistencia a las fiestas y de los conciertos que
ofrecía. De hecho, en 1932 se instituyeron las fiestas de Bayona, directamente inspiradas
en los sanfermines, para atraer a esos turistas y evitar que se fueran de excursión
a Pamplona o San Sebastián.
Pero ni en las
memorias de Stein, The Autobiography of
Alice B. Toklas y Everybody's
Autobiography, ni de Toklas, What is
Remembered, se menciona ninguna visita a Pamplona, tampoco en sus biografías
(Bobhouse, Brinnin, Hoffman, Knapp, etc.) o en su correspondencia. En el
improbable caso de que hubieran pasado por Pamplona no pudo ser en los sanfermines
de 1915, por aquel entonces estaban en Mallorca. Tampoco hay datos de que
acudieran a las fiestas de cualquier otro año, no volvieron a España después de
1916 y acostumbraban a pasar el verano en un pueblo cercano a los Alpes. En una
carta de 1965 a John y Patricia Lucas, publicada en Staying on Alone. Letters of Alice
B. Toklas, esta dice que sabe muy poco de Pamplona (“I know Pamplona very little”), pues había tenido un prejuicio en su
contra a cuenta de Hemingway, parece que no le tenía mucha simpatía.
Publicado en Diario de Noticias el 7 de julio de 2018
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