Algunos miembros de la Mesa Redonda del Algonquin, Art Samuals, Charles MacArthur, Harpo Marx, Dorothy Parker y Alexander Woollcott.
Adolph Marx, luego cambió su
nombre por Arthur (se dice que para que no sonara tan alemán durante la I Guerra Mundial, pero lo
hizo ya en 1911 porque no le gustaba), es más conocido como Harpo. Fue un actor
y músico nacido en Nueva York, en una familia judía de origen alemán, y famoso
principalmente como el mudo de los Hermanos Marx. Mudo solo en escena, fuera de
ella tenía fama de hablador, y solo en escena lucía su ensortijada melena
rubia, en realidad era calvo. Fue el segundo en edad después de Leonard (Chico),
seguido por Julius (Groucho), Milton (Gummo) y Herbert (Zeppo). Su madre,
Minnie Marx, que fue la impulsora de la carrera artística de sus hijos, le hizo
estudiar piano y harpa. Junto con sus hermanos, comenzó actuando en vodeviles y
luego dieron el salto al cine. Pese a no tener estudios, Harpo se codeó con los
nombres más insignes de la cultura norteamericana de su época y fue uno de los
miembros de la Mesa
Redonda del Algonquin (él decía modestamente que se limitaba
a escuchar). En 1933 fue el primer artista norteamericano en actuar en la URSS tras establecerse
relaciones diplomáticas. Publicó artículos en la prensa y en sus últimos años escribió
sus memorias, Harpo Speaks! (¡Harpo habla!). También escribió, con
Salvador Dalí, el guion de una película titulada inicialmente Jirafas en ensalada de lomos de caballo
y, luego, La mujer surrealista, pero
no consiguieron convencer a ningún productor de Hollywood para rodarla.
Que
se sepa, Harpo nunca estuvo en Pamplona ni en los sanfermines, lo cual es una
lástima, pero sabemos que en alguna ocasión mostró interés por venir a conocer
nuestras fiestas. Amanda Vaill cuenta en Everybody
was so young: Gerald and Sara Murphy: a Lost Generation Love Story que en 1927,
de visita en la casa de sus amigos los Murphy en Antibes, Harpo les preguntó
cómo organizar un viaje a Pamplona. Honoria Murphy Donnelly (Sara & Gerald: Villa America and after)
añade que su padre escribió en junio en una postal a Hemingway que Harpo Marx
quería ir a Pamplona. Los Murphy habían acompañado a su amigo Ernest Hemingway
a los sanfermines de 1926. No hay datos de que Hemingway y Harpo fueran amigos,
pero otros amigos comunes o habituales en Antibes también habían estado en
Pamplona, como John Dos Passos, Robert McAlmon y Donald Ogden Stewart. Todavía
era reciente la publicación de The Sun
Also Rises (Fiesta), donde se
plasmaban las experiencias de Hemingway en los sanfermines, por lo cual sin
duda sería un tema habitual de conversación en aquellos ambientes. El plan de
viajar a Pamplona posiblemente se pusiera de moda entre los círculos artísticos
que frecuentaban a los Murphy, aunque finalmente fueran pocos quienes llegaran
a realizarlo y ninguno se enganchó como Hemingway, repitiendo la visita año
tras año. La intención de Harpo no debió de durar mucho, ya que ni siquiera
menciona el asunto en sus memorias.
Si
Harpo o sus hermanos hubieran venido a Pamplona en aquella época habrían pasado
desapercibidos por completo, no eran conocidos fuera de Estados Unidos. Aunque
empezaban a ser populares en su país ya que llevaban años actuando en teatros, todavía
no habían rodado ninguna película. No serían reclamados por la Paramount Pictures
hasta que llegó el cine sonoro y se pudieron llevar a la pantalla algunas de
las comedias musicales que habían representado anteriormente en Broadway. Su
primer film fue The Cocoanuts (Los cuatro cocos), en 1929. Probablemente
tardarían un tiempo en hacerse famosos en Pamplona, que por aquel entonces solo
tenía un cine, el Coliseo Olimpia, aunque también se proyectaban películas en
el Teatro Gayarre y en el frontón Euskal-Jai. El cine sonoro no llegó a
Pamplona hasta 1930, no he encontrado noticias sobre cuándo se estrenó la
primera película de los Hermanos Marx. Así que allá por 1927 y en los años
inmediatos los Hermanos Marx hubieran podido conocer los sanfermines sin el
peso de la fama, como le sucedía a Hemingway en sus visitas de los años veinte,
en que era un escritor desconocido en España. Otra cosa fue en sus últimas
visitas de los años cincuenta, sobre todo en 1959, cuando estaba ya laureado
con el Nobel de Literatura, la gente le atosigaba y le hacía enfadar.
En fin, la idea de los
Hermanos Marx en los sanfermines resulta tan divertida que vengo intentando
desde hace años difundirla como leyenda, de momento con tan escaso éxito que ni
siquiera se recogió en la exposición “Recuperando a Hemingway”.
Publicado en Diario de Noticias de 15 de julio de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario