viernes, 4 de diciembre de 2015
martes, 24 de noviembre de 2015
Hostias
1. Creo que la libertad de expresión conlleva la carga de
que alguien se pueda sentir ofendido cuando es ejercida por otros. Garantizar que
nadie se ofenda por nada únicamente se consigue negando la libertad de expresión.
No solo en caso de duda debe darse preferencia a esta, sino también cuando no
hay duda alguna de que su ejercicio ofenderá a alguien. Por esa razón no creo
que deba prohibirse, censurarse ni sancionarse la exposición que Abel Azcona ha
montado en la Sala
de Exposiciones Conde de Rodezno de Pamplona, aunque es obvio que su propósito
era ofender (“provocar”, se prefiere decir).
2. No entiendo muy bien en qué consiste el delito de ofensa
de los sentimientos religiosos que se incluye en el Código Penal. Definir en
qué consiste exactamente la religión ya es complicado, así que poner límites a
los sentimientos religiosos resulta muy problemático. Me temo que decidir cuándo
se comete ese delito queda a un arbitrio excesivo de los jueces que tengan que
ocuparse del caso. Yo a menudo siento que se ofenden mis sentimientos, pero no
sabría decir cuándo son los religiosos y cuándo son los otros sentimientos que
tampoco soy capaz de identificar y delimitar. Cuando nuestros buenos aliados
los saudíes condenan a alguien a muerte por dejar el Islam para convertirse a
otra religión mis sentimientos se ven afectados, pero no sé si son los
religiosos. También me sucede con todas las noticias sobre abusos sexuales
ejercidos por sacerdotes, sobre las turbias finanzas del Vaticano, sobre las
misas en recuerdo de Franco, sobre los atentados yidahistas, sobre la persecución
religiosa en Siria e Iraq, sobre el genocidio armenio, sobre la explotación
infantil en el tercer mundo por la industria textil, sobre los refugiados que
se ahogan en el Mediterráneo, sobre las hambrunas en África, sobre los desahucios
en España, sobre la creciente pobreza y desigualdad… No sé si mi aversión a la
guerra y a la pena de muerte proviene de mis creencias religiosas (“No matarás”,
dice la Biblia),
de mis creencias filosóficas, políticas, éticas o estéticas, no soy capaz de
compartimentarlas. La verdad es que mi adicción a leer la prensa todos los días
afecta gravemente a mis sentimientos, pero no tengo ni idea cuándo a los
religiosos y cuándo a los demás y no aspiro a que manden a nadie a la cárcel
por ello. También ofende mis sentimientos la gente de piel muy fina que
tiene la bíblica costumbre de rasgarse las vestiduras a cada poco alegando que
se ofenden sus creencias y que monta misas de desagravio suponiendo que Dios también
es un ser muy susceptible que se ofende fácilmente y al que hay que aplacar de
continuo. Yo creo que Dios no se ofende tan fácil.
3. La exposición que ha montado Abel Azcona, al menos la
pieza que ha producido tanto escándalo (no conozco el resto), ese montaje con
hostias, me parece de una idiotez insuperable. Lo de ir de iglesia en iglesia
haciendo como que comulga para conseguir las formas consagradas me parece de un
infantilismo supino. Como comerse el Corán, que hizo el mismo individuo hace un
tiempo. Creer que es arte simplemente la provocación por la provocación resulta
algo muy caduco, lo de épater les
bourgeois tiene más de cien años y ya aburre. Hacerse luego el sorprendido ante
las reacciones provocadas indica que el presunto artista es un cínico o un memo.
Desgraciadamente, exposiciones tan estúpidas como esta para solaz exclusivo del
artista y de unos pocos amiguetes son frecuentes y contribuyen a alejar a la
mayor parte del público de las galerías donde se exhiben. El Ayuntamiento de
Pamplona, y todas las instituciones públicas, harían bien en pensar mejor en qué
se gastan el dinero.
sábado, 26 de septiembre de 2015
Independencia
En principio, estoy a favor de la independencia. Eso sí, de la independencia que consiste en poder vivir prescindiendo de la gente con la que no quieres vivir. Eso se consigue sobre todo con la independencia personal, esa a la que aludía el anuncio de Ikea de la República independiente de mi casa. Te vas de casa de tus padres a vivir solo, cuando ya tienes edad e ingresos suficientes, o abandonas el nido paterno para irte a vivir en pareja con la persona de la que piensas que no puedes vivir sin ella y con la que crees que quieres vivir para siempre.
La independencia colectiva, esa que consiste en que un territorio se declara independiente de otro, me convence menos. Sigues viviendo con la misma gente alrededor, te caiga bien o te caiga mal. No sé si les pasa a los demás, pero la mayoría de la gente que yo no soporto y con la que no me gusta vivir vive precisamente por aquí cerca, en mi tierra. Eso se debe a que donde más gente conozco es aquí, en la tierra en la que he vivido siempre. Pero le veo poca ventaja a declarar la independencia de gente a la que no conozco, que vive muy lejos, y que no sé si me cae bien o mal, y seguir aguantando aquí cerca a un montón de gente a la que no soporto. La solución está inventada, es la independencia con limpieza étnica, eliminas a la gente que te molesta amenazándola para que se vaya y, si no se va, la matas. Por supuesto, es una atrocidad y no la patrocino, lo que digo es que resulta coherente con la idea de "mejor nosotros solos" que suele alegarse para defender la independencia.
En fin, no sé que votarán mañana los catalanes, si a favor o en contra de la independencia, pero yo les recomendaría que se piensen bien si les va a merecer la pena perder de vista a Rajoy y los suyos pero hacer el viaje con la familia Pujol, Mas y toda la gente de su partido.
viernes, 12 de junio de 2015
Estereotipos sobre el matrimonio de personas del mismo sexo
Con
ocasión de la aprobación en Irlanda por referéndum del matrimonio de personas
del mismo sexo me ha llamado la atención la cantidad de opinadores que resaltaban
lo paradójico de que esa aprobación se produjera en un país tan católico.
Me
temo que quienes hacen ese comentario caen en un estereotipo fácil que no
resiste apenas contraste con la realidad. Se supone que, ya que la jerarquía de
la Iglesia
católica (es decir, una minoría de la Iglesia católica, la cual está compuesta en su
inmensa mayoría por laicos que en muchas cuestiones suelen apartarse de las
recomendaciones de sus pastores) se pronuncia reiteradamente en contra de ese
matrimonio, resulta lógico pensar que en los países de mayoría o de tradición
católica resulta más difícil o improbable que se apruebe la medida. Se supone
también que los prejuicios contra la homosexualidad estarán más arraigados
cuanto mayor sea la influencia de la
Iglesia católica (o del cristianismo, en general, añadirían
algunos) en un país.
Lo
cierto es que esa supuesta correlación entre influencia católica y prohibición
del matrimonio de personas del mismo sexo simplemente no existe. De los
veintidós países que, según mis cuentas, han aprobado hasta el momento el
matrimonio de personas del mismo sexo resulta que todos ellos son de tradición
cristiana y, la mayoría, de tradición católica. Antes que la católica Irlanda
aprobaron la medida países de no menor tradición católica como Bélgica, España,
Portugal, Francia, Eslovenia, Luxemburgo, Canadá, Argentina, Uruguay, Brasil y
algunos estados de México. Se puede pensar que el avance del matrimonio
homosexual va parejo al descenso de la influencia de las creencias y de la
práctica religiosa en esos países. Quizás pueda afirmarse eso en Europa, pero
no desde luego en Brasil y menos en Estados Unidos, donde el primer estado en
permitirlo fue Massachussets, en el cual los católicos constituyen tradicionalmente
la primera comunidad religiosa. Curioso resulta también el caso del Reino
Unido. El matrimonio de personas del mismo sexo está aprobado en Inglaterra,
Gales y Escocia; en Irlanda del Norte fue rechazado por su parlamento donde
votaron a favor los partidos de mayoría católica y en contra los de mayoría
protestante.
En
fin, que sin negar que la influencia de la religión pueda ser uno de los muchos
factores que deben analizarse en cuestiones políticas como esta, la simplista
correlación que se hace entre influencia católica y dificultad para la
aprobación del matrimonio de personas del mismo sexo debe ser puesta en
cuarentena. Tampoco nos vamos a lanzar a la fácil conclusión contraria de que
en los países católicos sea más fácil que se apruebe. Sin duda, la cuestión es
mucho más compleja y habría que analizar muchos otros factores.
martes, 26 de mayo de 2015
Hora de valoraciones electorales
Pasado el día de reflexión (me refiero al posterior a las
elecciones, para asentar un poco las conclusiones, el anterior aunque sea
llamado así no sirve para nada) aquí van unas pocas ideas sobre el resultado de
estas elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015.
En España
Me alegra el retroceso del PP y del PSOE. Nos habíamos
acostumbrado a un sistema, de dudosa calidad democrática, donde la
responsabilidad política, la rendición de cuentas (accountability, dicen algunos en inglés), parecía ausente. Por fin
la ciudadanía empieza a pedir cuentas de los desastres de los últimos años
atribuibles, no en exclusiva pero sí principalmente, a estos dos partidos: los
efectos de la crisis económica, sobre todo el desempleo, un modelo de
crecimiento basado en la especulación y el derroche, el recorte de derechos, la
creciente desigualdad, la pobreza sistémica, la corrupción.
Me alegra la movilización del voto que se ha producido
para exigir cambios, me alegra el desplazamiento del electorado a la izquierda
después de las mayorías absolutas y absolutistas del PP. Me alegra que, aunque
el bipartidismo no haya desaparecido, haya entrado en crisis y de lugar a una
mayor pluralidad.
Me ilusiona el triunfo de las candidaturas de unidad
popular, ciudadana o de izquierdas, llámense como se quiera, empezando por
Barcelona y siguiendo por tantas otras localidades. Se demuestra su eficacia
para propiciar la movilización del voto y para desalojar a la derecha de los
gobiernos municipales. Lástima que no hayan sido posibles en todos y cada uno
de los municipios y comunidades autónomas. Exceso de protagonismo,
desconfianza, cortoplacismo, de unos o de otros, las han impedido en muchos
lugares. Pero ese es el camino de futuro y sigo apostando por él.
Me alegra infinito que Esperanza Aguirre haya perdido.
Solo que haya podido ser candidata es un síntoma de la escasa cultura
democrática que seguimos padeciendo en este país.
Me consuela algo que Izquierda Unida, la formación a la
que pertenezco, haya salvado los muebles en las elecciones municipales,
haciendo fracasar los vaticinios sobre nuestra desaparición que nos acompañan
desde el mismo momento en que nacimos. Me apena el retroceso en las elecciones
autonómicas, donde el sistema electoral, con circunscripciones provinciales (y
alguna práctica de gerrymandering
como la de Castilla-La Mancha) hace más complicada la supervivencia de las
minorías. Me entristece la debacle sufrida por IU en Madrid, sobre todo porque
es merecida. Hace años que vengo contemplando estupefacto como mis compañeros
de Madrid, municipio y comunidad, se dedican más al navajeo interno que a hacer
política. Lo sucedido en estas elecciones ha rizado el rizo. Tras la fuga de
los candidatos elegidos en primarias abiertas, que una parte de la organización
(desorganización es más preciso decir) apoye una candidatura ajena (Ahora
Madrid) ha sido el colmo. Que la mayor parte del electorado tradicional de IU
haya preferido votar a Manuela Carmena, normal. Y que ayer mismo no haya salido
nadie a asumir responsabilidades por el desastre y dimitir (procedería la
dimisión de todos los miembros de todos los órganos de IU de Madrid capital y
comunidad, para hacer borrón y cuenta nueva) un mal síntoma para el futuro
próximo. Como doloroso contraste, que IU haya podido obtener muy buenos
resultados en algunos ayuntamientos (véase Zamora, donde opta a la alcaldía) o
mantenerse en alguna comunidad (Asturias) indica que donde se hacen las cosas
bien, donde hay buenos candidatos que se lo trabajan, no solo durante la
campaña sino durante años, el entorno desfavorable que es el habitual para IU
se puede superar.
Quedan pocos meses para otras elecciones trascendentales,
las que deben elegir el Congreso de los Diputados y el Senado allá por noviembre.
El sistema electoral que rige en esos comicios potencia de forma mucho más
clara el bipartidismo y penaliza a los terceros o cuartos partidos de cada
provincia, además de primar el voto rural sobre el urbano, el voto conservador
sobre el progresista. Sería especialmente necesario empezar a trabajar también
por candidaturas de unidad popular, ciudadana o de izquierdas en cada
provincia, con la misión de desalojar al PP del Gobierno. En esas candidaturas
deberían participar, como mínimo, Podemos e IU. A la vista de los resultados de
las elecciones municipales y autonómicas (incluidas las andaluzas de hace unas
semanas) espero que en Podemos acepten que no pueden ellos solos, que no han
arrasado en las urnas sino que se han convertido en un partido más, con buenos
resultados pero uno más. Que hayan sustituido aquel impreciso objetivo de echar
a “la casta” por el de echar al PP, y que estén dispuestos a entrar en pactos
renunciando como único objetivo a ganar en solitario y por goleada, creo que es
una muestra de madurez y realismo. Espero que la experiencia adquirida les
lleve también a concluir en la necesidad de pactar de cara a las elecciones
generales para conformar candidaturas potentes con posibilidades de éxito en
todas las provincias.
En Navarra
Veinte años hemos tardado en poder leer el titular “UPN
pierde el Gobierno”. Como ese era uno de los objetivos de Izquierda-Ezkerra
(Izquierda Unida + Batzarre), junto con el de propiciar un gobierno de cambio
que promueva políticas de izquierdas, valoro muy positivamente el resultado.
Cierto que I-E ha retrocedido en el Parlamento de
Navarra, en lugar de los tres escaños de la legislatura anterior ha obtenido
solamente dos. Pero hay lugar para el consuelo. Son dos escaños que contribuyen
a la suma de 26 votos que hace la mayoría absoluta y que posibilita un acuerdo
de gobierno entre Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E. Por otro lado, a nivel
municipal I-E ha conseguido buenos resultados, con tal marca o en candidaturas
conjuntas con otras fuerzas. A destacar el gran avance conseguido en Tudela que
va a permitir lograr la alcaldía. Y todo ello en una situación muy poco
favorable en la que mantenerse ya es un éxito.
En todo caso, considero que en política lo importante no
es obtener muchos votos para tener muchas poltronas que repartir. Los partidos
políticos no pueden ser una agencia de colocación ni una empresa que reparta
dividendos entre los socios, pese a que hay demasiados partidos que ofrecen esa
imagen. Lo importante es contribuir a que mejore la sociedad con propuestas,
con ideas, con valores. Creo que desde I-E estamos contribuyendo decisivamente
al cambio en Navarra y que algunas ideas que hace años defendíamos
prácticamente en solitario ahora van siendo patrimonio común. La idea de
pluralismo identitario, la necesidad de establecer un marco de convivencia para
las diversas identidades, aceptar Navarra como marco propio de decisión, la
necesidad de dar prioridad al programa social, a la construcción social sobre
cualquier construcción nacional…
Sobre esas ideas hemos de apostar en I-E para negociar un
acuerdo de gobierno con Geroa Bai, EH Bildu y Podemos. Creo que hay suficientes
cosas en común como para llegar a un programa de progreso y creo que es posible
pactar también las diferencias y aparcar aquello que nos divida. Creo que
después de muchos años de gobiernos de UPN, que ha gobernado para los suyos, no
se trata de dar la vuelta a la tortilla y gobernar para otros, para los
nuestros, sino de gobernar para todos. Aunque teniendo en cuenta que gobernar
para todos en igualdad no significa tratar de igual modo a quienes no están en
la misma situación. Debe haber una apuesta decidida a favor de los más
desfavorecidos, de las víctimas de la crisis y del sistema económico.
Si se logra llegar a un acuerdo programático, que como
hemos venido diciendo en campaña es nuestra única línea roja para pactar, creo
que I-E debe apostar también por formar parte del Gobierno de Navarra que se
constituya. Pienso que un apoyo desde fuera es menos eficaz, que el control desde
el Parlamento es demasiado poco efectivo, que hay que estar donde se toman las
decisiones. Aunque, quizás, sea menos cómodo y puede ser peligroso porque se
asumen responsabilidades. Pero en política no hay que estar por comodidad y
para evitar riesgos.
Y como parte del modo de hacer política que propugnamos,
la decisión sobre el acuerdo programático y, en su caso, sobre entrar en el
Gobierno de Navarra debería someterse a consulta vinculante de los afiliados de
IU y Batzarre y de los simpatizantes de I-E inscritos para el proceso de
primarias abiertas para configurar las candidaturas. Adoptar el método de
consulta ni sería novedad ni supondría copiar un invento ajeno. Hace ahora
justo veinte años, cuando fui elegido concejal de IU y entramos en el acuerdo
tripartito del Ayuntamiento de Pamplona con CDN y PSN, ya lo hicimos, sometimos
la decisión a la afiliación de Pamplona.
domingo, 24 de mayo de 2015
¿Del bipartidismo al cuatripartidismo? Diario de campaña
El País habla hoy de que "los cuatro principales partidos políticos (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) concurren hoy a las elecciones municipales y autonómicas para medir sus fuerzas reales". Resulta curioso que se hable de esos cuatro como los principales partidos. En el caso del PP y el PSOE está claro, pero en las últimas elecciones de ámbito nacional, las del Parlamento europeo de mayo de 2014, Podemos fue el cuarto partido, por detrás de Izquierda Plural, y Ciudadanos el octavo, por detrás de UPyD, Coalición por Europa (CiU, PNV, CC, CxG) y L'Esquerra pel Dret a Decidir (ERC y otros). En las municipales y autonómicas y en las generales de 2011 Podemos no existía; Ciudadanos todavía centraba su actividad en Cataluña y no se presentó a las generales de 2011.
Sin embargo, hablar de los cuatro principales partidos responde no sólo a lo que pueden anticipar las encuestas, sino sobre todo al interés de los medios de comunicación (que son quienes encargan las encuestas, por cierto) en que haya cuatro partidos.
Hace cosa de un año y medio las perspectivas electorales pusieron muy nerviosos a los poderes fácticos. Para entendernos, los que tienen el dinero y, entre otras muchas cosas, controlan los medios de comunicación. A consecuencia de la crisis económica, los recortes y los escándalos de corrupción, el PP caía en intención de voto pero su desgaste no era aprovechado por el PSOE, afectado también por el descrédito del sistema político. Había el serio riesgo de que aumentara exponencialmente el voto de la izquierda, sobre todo el de IU. Algo había que hacer. Para recoger el voto de derecha desencantado con el PP, para evitar que se refugiara en la abstención, hacía falta otro partido. Se pensó en la unión de UPyD y Ciudadanos, pero ante la negativa de Rosa Díez se apostó por Ciudadanos. Para recoger el voto indignado de izquierda que no iba a ir al PSOE hacía falta otro partido, no tan radical como IU. Se apostó por un Podemos domesticado, socialdemócrata, que no es de izquierdas ni de derechas, ni monárquico ni republicano.
Y ahí estamos, con una apuesta clara del sistema a autorregenerarse un poquito, que algo cambie para que nada cambie, pasando del bipartidismo al cuatripartidismo. Allá donde proceda el PP podrá seguir gobernando con el apoyo de Ciudadanos, allá donde proceda -y como mal menor- el PSOE podrá seguir gobernando con el apoyo de Podemos.
Y en casos desesperados como Navarra, incluso se propone un pacto de PP y PSOE con UPN, al que también se podría añadir Ciudadanos...
Pero serán los ciudadanos los que decidan con su voto.
jueves, 21 de mayo de 2015
Elecciones plebiscitarias. Diario de campaña
Hoy casi todos los columnistas y periodistas del periódico que se edita en Cordovilla redoblan esfuerzos para dejar claro que en estas elecciones solo hay dos opciones: 1) el bloque compuesto por EH Bildu, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra que ya tienen un pacto de gobierno para acabar con Navarra (en UPN deben de tener el único ejemplar existente, porque nadie más lo ha visto, y el candidato de EH Bildu hoy duda de la disposición de sus presuntos socios), para anexionar Navarra a Euskadi, euskaldunizarla por completo y llenarla de ikurriñas, esto es, hacer que Navarra deje de ser Navarra, y 2) el bloque "constitucionalista" compuesto por PP, UPN, PSN y, quizás, Ciudadanos, que quieren que Navarra siga siendo Navarra y que los navarros seamos muy felices con mucho empleo y mucho bienestar y mucha educación concertada y la bandera de Navarra y la bandera de España. Tanto criticar (con razón) a los nacionalistas catalanes por querer hacer unas elecciones plebiscitarias y resulta que las primeras elecciones plebiscitarias van a ser las del Parlamento de Navarra para decidir si Navarra sigue siendo Navarra o si deja de ser Navarra.
Resulta curioso que, leyendo el mismo periódico, sean los partidos más "constitucionalistas" los que quieren suprimir un trozo de la Constitución (la Disposición Transitoria Cuarta, parece que Ciudadanos quiere cargarse también la Disposición Adicional Primera, o sea, los regímenes forales al completo), mientras que los supuestamente anticonstitucionalistas quieren conservarlo, y los dudosos no se mojen lo suficiente.
En fin, por lo que a mí me toca, hace meses que ya me pronuncié sobre la alternativa entre que Navarra desaparezca o no. Y en cuanto a Izquierda-Ezkerra, todos esos objetivos que supuestamente persigue con otros partidos enemigos de Navarra no aparecen por ninguna parte en su programa. Claro que dudo que ninguno de esos columnistas o periodistas se hayan tomado la molestia de leerlo. Para qué, si la cosa es muy sencilla, son elecciones plebiscitarias...
martes, 19 de mayo de 2015
Sistema electoral. Diario de campaña
Desde esta pasada medianoche no se pueden publicar encuestas electorales. Lo dice la ley electoral. Pero se publican, sin ir más lejos El Periòdic d'Andorra anuncia que va a actualizar día a día durante toda la semana sus pronósticos sobre el Ayuntamiento de Barcelona. Se lo pueden permitir porque, obviamente, en Andorra no rigen las leyes españolas.
Esta no es más que una pequeña muestra de lo absurdas que son algunas de las normas de nuestra ley electoral que recoge, con pocas alteraciones, el sistema que se pactó en 1977 para celebrar las primeras elecciones tras el franquismo. Una época en que no solo no existía internet, es que tampoco existía otra televisión que TVE. El sistema ha quedado obsoleto por completo, pero ahí sigue. No hay voluntad de cambiarlo porque los partidos que podrían cambiarlo son los beneficiados. Y no sólo habría que cambiarlo por temas menores como lo de las encuestas, sino por temas más importantes como la ruptura de la proporcionalidad por el reparto de escaños en circunscripciones provinciales.
Habría que darle un buen meneo al sistema electoral. Entre otras cosas, a lo mejor podíamos eliminar esta tontería de los quince días de campaña electoral, que todos sabemos que es mentira. La campaña empieza mucho antes y no cesa el viernes a medianoche. Con disimulo, se sigue haciendo el sábado (¿o qué son todos esos reportajes sobre a qué dedican el día de reflexión los candidatos?) y el domingo (con los reportajes sobre cuándo y dónde y con quién han votado los principales candidatos). Hay países donde no regulan la campaña, y no pasa nada.
Yo copiaría el sistema electoral alemán. Copiaría otras cosas de Alemania, como la República federal. Ayer un opinante en un diario de Cordovilla retaba a los votantes de izquierdas a elegir como modelo entre Venezuela o Alemania. Claro que esos discursos siempre tienen trampa. Cuando reclamas como modelo a Alemania por el sistema electoral o el federalismo, tampoco vale. O si dices que no quieres copiar ni de Venezuela, ni de Cuba, ni de Corea del Norte, que son las caricaturas obvias para acusarnos de tercermundistas, como mínimo, que quieres ser muy europeo y te conformas con una educación pública como la de Finlandia, unos impuestos como los de Suecia, un sector público y una protección social como la de Dinamarca, una banca como la de Islandia y una separación Iglesia-Estado como la de Noruega. Y una derecha como la británica, que no se rasga las vestiduras por hacer un referéndum sobre la independencia escocesa y que tiene ministros que dimiten por una multa de tráfico (poca carrera iba a hacer allí Esperanza Aguirre). Entonces tampoco vale.
lunes, 18 de mayo de 2015
El caos, por favor. Diario de campaña
La
campaña electoral de los navarrísimos se va volviendo cada vez más una
caricatura de sí misma. Ante el pánico por una posible pérdida del Gobierno que
indican las encuestas se insiste en el manido discurso de “o yo, o el caos” sin
ningún disimulo. Nos lo han repetido este fin de semana: si no gobierna UPN
llegará el caos en forma de un gobierno independentista que eliminará la
bandera de Navarra para poner la ikurriña, hará homenajes a los terroristas y
obligará al exilio a miles de navarros mediante amenazas y coacciones.
No
puedo evitar acordarme de aquella serie de televisión de mi infancia, Get Smart, aquí titulada El superagente 86. El candidato Esparza,
que guarda cierto parecido con Maxwell Smart (que no hacía mucho honor a su
apellido, impuesto con evidente sarcasmo), quizás no la recuerde porque lleva
unos pocos años menos que yo siendo navarro. En aquella serie se enfrentaban
dos organizaciones secretas, Control y Caos. En otras palabras, el Bien y el
Mal. UPN juega a utilizar el mismo mecanismo de control social, amenazar con la
inexistencia de elección de otra alternativa que no sea el caos, el mal
absoluto. Un esquema escasamente democrático.
Si
me dan a elegir, yo prefiero el caos. Hace años que la ciencia estudia la
teoría del caos y, en lugar de identificarlo como la destrucción, la confusión,
el mal absoluto, ha llegado a la conclusión de que vivimos en sistemas
caóticos. El sistema solar, la meteorología, la demografía, el cuerpo humano,
se explican como sistemas caóticos, sistemas con un comportamiento dinámico más
complejo y más difícil de predecir que otros sistemas, estables o inestables,
pero en todo caso con un cierto orden. El miedo al caos suele ser simplemente
miedo a lo que se desconoce… por el momento. Entre el orden de UPN, que ya
conocemos, y otro orden, aunque sea caótico, por favor, que llegue pronto el
caos.
viernes, 15 de mayo de 2015
15-M Diario de campaña
15 de mayo, 15-M. Un aniversario de sabor agridulce. Hace cuatro años surgió una movilización ciudadana que reclamaba un cambio importante en la política de este país. Movimiento de indignados, dijo la prensa, alguna muy optimista en otros países hasta habló de Spanish revolution. Ojalá. Los resultados, por el momento, son mucho más modestos. Las aspiraciones puestas de manifiesto entonces siguen pendientes. Incorporadas a la agenda política, pero pendientes.
Un movimiento como el del 15-M, como cualquier otro movimiento social o político, requiere de dos cosas para triunfar: un programa y una organización. Las difusas ideas que se enarbolaron en tantas plazas y manifestaciones han de concretarse en un plan de acción. Las asambleas abiertas pueden ser un comienzo de algo, pero pronto se agotan sus resultados, para avanzar en acciones que transformen las cosas deben dotarse de una organización política mucho más vertebrada.
Por desgracia no ha surgido ese programa ni esa organización. Hay muchos programas, muchas organizaciones, unas nuevas, otras antiguas, otras viejas. La aspiración de confluencia de toda esa gente, esa organización y esas propuestas en un frente político no ha sido posible. Ni en las municipales de 2011, ni en las generales del mismo año, saldadas ambas con victorias aplastantes del PP, ni en las europeas de 2014, ni en las actuales municipales de 2015.
Pienso que para llevar adelante las aspiraciones del 15-M no procede, ni procedía, crear un nuevo partido político. Ya hay demasiados partidos. Nuevos y viejos. Muy parecidos unos a otros. En lugar de más, sería preferible que cambiaran para ser mejores. Y en estos tiempos lo que procede es articular los partidos y otras organizaciones existentes para crear una red, una plataforma, un frente, que lleve adelante ese programa común que puede compartir la mayoría social que jaleó el 15-M. Por aquel entonces, 2011, ya escribí que el partido monolítico de antes está desfasado, lo viable hoy es el movimiento, la alianza flexible de diversas organizaciones a las que une un programa o una causa.
Y vamos a hacer un poco de autocrítica. Izquierda Unida lanzó un proceso de refundación que se ha quedado sin culminar. Tenemos mucha tarea pendiente para cambiar internamente, y cambiar los modos de actuación, para poder cambiar la realidad que nos rodea. Sea cual sea el resultado de estas elecciones hay que continuar en esa senda.
Por lo demás, ya hemos pasado algún rubicón de la campaña, ayer en el frontón Labrit de Pamplona tuvimos el acto central de Izquierda-Ezkerra con la presencia de Cayo Lara.
martes, 12 de mayo de 2015
Una nueva forma de hacer política Diario de campaña
Todo nuevo partido político que empieza lo dice; vamos a empezar una nueva forma de hacer política. Muchos candidatos lo dicen también la primera vez que lo son. Incluso partidos antiguos lo dicen. A los electores parece que les suena bien, y se lo creen, porque no les suele gustar la forma de hacer política que conocen. Pero me temo que suele funcionar la magia de lo nuevo aunque no tenga contenido, igual que esos anuncios publicitarios que te venden "un nuevo concepto" de algo, aunque el concepto es el mismo y se trata simplemente de un nuevo producto más. Siempre pienso que es preferible que te vendan un nuevo producto mejor que el anterior, y que te lo digan así, pero que no pretendan entrar en disquisiciones metafísicas sin fundamento.
La política suele hacerse casi siempre de una forma muy parecida. O de formas muy parecidas. Lo que suele diferenciar a unos políticos de otros, o unos partidos de otros, no suele ser que la forma sea nueva o vieja, sino algunas otras cosas, como si es a favor de unos pocos o de la mayoría, si se hace para conservar o para cambiar, para concentrar o repartir el poder, etc. Pero casi todo está inventado desde hace siglos, como nos cuenta hoy John Carlin, por algo los clásicos son los clásicos. La democracia, la demagogia, la oligarquía, la dictadura, los partidos, los líderes, la participación, la corrupción, la mentira, la transparencia, casi todo está inventado desde hace siglos, desde los griegos o antes. Lo único realmente nuevo de los últimos años es internet; pero para hacer política lo usa todo el mundo y está dejando de ser tan nuevo. Los nuevos partidos suelen parecerse a los viejos en cuanto echan a andar. Me parece más inteligente, en lugar de valorar la novedad, preguntar qué es exactamente lo que se pretende hacer. Y qué intereses se van a defender.
La campaña en Navarra se ha metido en otras cuestiones igualmente metafísicas. Si Navarra debe seguir siendo Navarra, o si algunos quieren que Navarra deje de ser Navarra. Que no deja de ser una mínima actualización de aquel tautológico lema de Navarra es Navarra de Jaime Ignacio del Burgo. Que sigue siendo un clásico, aunque esté más o menos retirado de la política, no hay más que ver cómo otros inventos suyos, como la Disposición Transitoria Cuarta o el órgano común (consejo de cooperación vasco-navarro, lo llamó él), siguen estando en el "candelabro".
A mí, oyendo lo de que Navarra tiene que seguir siendo Navarra en boca de los navarrísimos, o sea, los más navarros, los que se creen los dueños de la finca y con potestad para dar certificados de navarridad, me suena a que para ellos Navarra es, esencialmente, seguir mandando ellos. Todo lo que no sea seguir mangoneando ellos no es Navarra, es la no Navarra, o la anti Navarra. En ese sentido, yo estoy deseando que Navarra deje de ser Navarra. A ver si alguna vez podemos gobernar los malos navarros, que ya es hora.
Hoy teníamos poca campaña, pero he estado glosando el debate televisivo de ayer a ocho en la tertulia de Navarra TV de hoy a la tarde.
domingo, 10 de mayo de 2015
Lo importante es participar. Diario de campaña electoral.
Lo más relevante de ayer, en mi campaña, fue que se publicó en Diario de Noticias (el resto de los periódicos del mundo no suelen publicarme) un artículo titulado Izquierda y derecha, no da igual. Unos pocos compañeros me dijeron que les gustaba o lo retuitearon.
Ahí resumo de qué va esto de la política, para mí, y por qué estoy en una organización política cuyo nombre empieza por izquierda. Para trabajar por mejorar la sociedad buscando que todas las personas tengan iguales derechos y oportunidades en la vida. En fin, sobre todo, peleando por la igualdad en una sociedad desigual, porque la desigualdad es injusta.
Otros están en política para que las cosas sigan siendo como son -o que Navarra siga siendo Navarra, dice alguno-, porque parece que ya les van bien. Están en su derecho, aunque hay que exigirles que lo reconozcan, como aquel al que le grabaron diciendo que estaba en política por dinero. Otros están para ganar, si hay que cambiar el discurso se cambia, pero lo importante es ganar, y una vez que se gana lo demás no importa, como si no se puede cumplir el programa. Yo lo veo más en plan deportivo, lo importante es participar conforme a los principios y valores que uno tenga, sin doping, aunque no se gane, o no se gane siempre, o no se gane casi nunca. Eso sí, intentando ganar siempre, que en eso consiste participar.
Pero, en fin, hay gente para todo. Cada uno sabrá para que está en esto, o lo que vota y por qué.
Por otro lado, sigo rumiando la última encuesta del CIS. Por supuesto que no acertará, véase lo que acaba de suceder en el Reino Unido, ninguna encuesta acierta exactamente lo que va a salir, pero todas te marcan alguna tendencia, aunque solo sea la de quien la ha encargado. Lo que más me ha gustado es que en Barcelona den ganadora a Barcelona en Comú, la candidatura de Ada Colau que empezó llamándose Guanyem Barcelona. Meses antes de esta campaña ya dije que deberíamos intentar extender el modelo a Navarra, o a cualquier otra parte, constituyendo candidaturas ciudadanas amplias, apoyadas por ciudadanos y partidos políticos, y que esa era la vía para impulsar la refundación de la izquierda. Luego no ha sido posible. Las candidaturas unitarias han sido más bien pocas. Han primado los intereses particulares, el deseo de impulsar la propia marca, la desconfianza de unos hacia los partidos políticos, las de otros hacia los ciudadanos, las estrategias sectarias y a corto plazo, el protagonismo de algunos candidatos. Dotar de una expresión electoral a lo que fue el 15-M ha sido sustituido por ofrecer a los indignados de entonces la tradicional opción entre el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular. Así que el voto transformador se dispersa y pierde eficacia. Salvo en Barcelona (donde se han unido ICV, EUiA, Equo, Podemos, Procés Constituent) y pocos sitios más donde hay candidaturas realmente unitarias, en otros muchos lugares las supuestas candidaturas ciudadanas son una candidatura más compitiendo entre otras. En cualquier caso, pase lo que pase en estas elecciones, habrá que seguir trabajando en esa dirección.
sábado, 9 de mayo de 2015
Ya falta menos. Diario de campaña electoral
Pues ya estamos en el segundo día de campaña electoral. Me da tanta pereza que no creo que en este diario escriba todos los días... alguno que otro. Soy de la misma opinión que Jorge Nagore, suprimiría gustoso las campañas electorales. El modelo de campaña electoral que más me gusta es el de Amanece, que no es poco, donde el alcalde convoca elecciones "para mañana". Yo siempre he tenido claro el voto y no he necesitado ni que me convenzan ni día de reflexión. Ya podía el resto hacer lo mismo.
Afortunadamente, en estas elecciones voy el noveno en la lista de Izquierda-Ezkerra para el Parlamento de Navarra. Un puesto cómodo, pocas opciones de salir (aunque no renuncio a la sorpresa) y sin muchas obligaciones. El que trabaja es el número uno, y en lo que no llega el número dos o el tres. He sido alguna vez número uno, o dos, y sé lo que hay. Los medios de comunicación exigen siempre que aparezca el uno, si va el dos parece que les haces un feo. Y los electores, lo mismo, si al mitin de su pueblo mandas al dos o al tres se consideran minusvalorados. Así que desde el número nueve me toca solo echar alguna mano y desde casa, pero los que se van a currar la campaña e ir de pueblo en pueblo y de barrio en barrio son los de arriba. Qué alivio. Aunque en el acto de arranque de la campaña me tocó sujetar la pancarta.
Bueno, para arranque de campaña ya está bien... os dejo con el video de campaña de Izquierda-Ezkerra.
¡Ah! Y vótanos.
jueves, 16 de abril de 2015
Leo autores españoles
Participo en esta iniciativa en la que alguien podrá conseguir un libro (un ejemplar de "El asesinato de Caravinagre") a nada que siga unas pocas pistas para encontrar donde está depositado en Pamplona. Este sábado. Las pistas, en este mismo blog y en breve.
http://www.leoautoresespanoles.org/wp/
http://www.leoautoresespanoles.org/wp/
domingo, 5 de abril de 2015
Que lo derriben
Pasé unos cuantos años en este edificio, entonces colegio de los Maristas, desde los 7 a los 16 años, desde la primaria al bachiller. Nunca me pareció un edificio bonito. Desde luego, no está entre lo mejor de Víctor Eusa, su arquitecto. Más bien diría que entre lo peor, en su decadencia, en un estilo que ya era obsoleto cuando se construyó. No sé por qué todos los edificios de Eusa tienen que estar catalogados; unos tienen interés arquitectónico o histórico y otros no. Creo que el antiguo colegio de los Maristas es perfectamente prescindible.
Pero suponiendo que tuviera un valor que justifique su catalogación. ¿Es admisible que se permita el bodrio que están proponiendo y que supone desnaturalizar por completo el edificio? No sólo el rascacielos de cristal que no pega lo más mínimo con la estética, no solo del edificio, sino del II Ensanche en general, sino ese par de añadidos que lograrían tapar las fachadas originales. ¿Para eso se quieren conservar, para esconderlas?
Espero que en mayo haya un cambio en el Ayuntamiento de Pamplona que, entre otras muchas cosas, impida que se lleve adelante este despropósito. Por mí, que descataloguen el edificio y que lo derriben, y que se aproveche el solar de un modo más racional.
sábado, 7 de marzo de 2015
Literatura sanferminera
miércoles, 18 de febrero de 2015
Comisión Negociadora del Convenio Económico
Como me comprometí a
contar lo que pasara con la comisión negociadora del Convenio Económico de Navarra para la
que me nombraron la semana pasada aquí va todo. Ayer fuimos de excursión a
Madrid. Viajamos en tren, de Hacienda nos mandaron los billetes en clase turista
que valían 82,45 euros ida y vuelta. Carlos, Juanjo, Ana y yo fuimos por la mañana
en el Alvia de las seis y media, tuvimos que madrugar mucho. Koldo y Juan
Carlos, y Lourdes, la consejera, y Raúl, que es director de hacienda
tributaria, habían ido el día anterior, igual que varios funcionarios que son
de la comisión coordinadora, que me he enterado de que pese a su nombre es la
comisión que negocia y luego lo que se llama comisión negociadora se saca una
foto y firma. Nos reunimos todos en un hotel cerca del Ministerio de Hacienda,
nos dieron un café y nos dijeron lo que había que firmar. A Koldo, Juan Carlos
y a mí no nos gustaban un par de párrafos, se admitió poner dos palabras más en
uno de ellos pero del otro Lourdes dijo que eso era lo que había y que no se
podía cambiar. Luego paseamos un poco y tomamos otro café en la Puerta del Sol para que se
hiciera la hora de la reunión. Después entramos todos al Ministerio, a Koldo
aunque es de Bildu también le dejaron entrar, nos hicieron esperar otro rato en
un saloncito de la parte noble del Ministerio, todo muy decimonónico, y luego
nos colocaron en un estrado para la foto, con una bandera de España y otra de Navarra que se notaba que estaba recién sacada de un cajón porque tenía arrugas, y vinieron Cristóbal, el
ministro, y Yolanda, nuestra presidenta, que aunque no son de la comisión ni
tenían que firmar nada fueron tan amables de saludarnos y de salir en la foto
con nosotros. Luego los de la comisión negociadora, ocho por cada parte, nos
sentamos y firmamos los papeles y Antonio, que era el jefe por parte del
Ministerio, nos agradeció que hubiésemos ido a firmar y Lourdes les agradeció a
ellos que firmaran, y nos levantamos y ya nos despedimos, aunque estuvimos otro
rato en la salita departiendo mientras Lourdes daba una rueda de prensa, y
luego nos llamaron para que dijéramos algo a una cámara de Navarra TV. Carlos y
Ana dijeron que estaban muy contentos, Juanjo que estaba contento, y Koldo, Juan
Carlos y yo que un poco menos contentos porque hemos arreglado lo del IVA pero no
nos dejaron cambiar el otro párrafo que no nos gustaba. Y luego nos fuimos a
comer todos los navarros a un restaurante navarro y Yolanda brindó por todo lo
que habíamos trabajado, yo solo he trabajado un día pero brindé igual. La
menestra estaba buena. Pagó la cuenta el Gobierno, no sé cuánto sería pero debe
de ser un restaurante bueno porque las raciones eran pequeñas aunque se nota que
es navarro en que sacaron dos aperitivos sorpresa distintos y dos entrantes, y
licores y tejas y trufas de chocolate después del café, sin pedirlos. Y luego
ya nos fuimos yendo poco a poco, algunos con más prisa como Yolanda y otros con
menos, los que teníamos tren a las siete y media paseamos un poco por la Castellana para hacer
tiempo, pasamos por la calle del profesor Waksman y como no sabíamos quién era
lo miramos en la Wikipedia
y resulta que era un ucraniano, aunque
luego emigró a Estados Unidos, al que le dieron el Premio Nobel de Medicina por
descubrir la estreptomicina, y tomamos otro café para hacer más tiempo, y
fuimos a la estación y ya cogimos el tren y a las once de la noche estaba en
casa, muy cansado pero con la satisfacción del deber cumplido. Y creo que con
eso ya hemos acabado con la comisión negociadora y ya lo sabéis todo. Si me
vuelven a nombrar la próxima vez que se reforme el Convenio Económico ya os lo
contaré.
miércoles, 11 de febrero de 2015
Comisión negociadora del Convenio
Me han nombrado para integrar la Comisión negociadora del Convenio Económico de Navarra. Habrá que decir que es un alto honor servir a la ciudadanía de mi comunidad y en estos tiempos, por conjurar las habladurías antes de que empiecen, conviene también decir que creo que la retribución que recibiré ascenderá a los cero euros. Si nos dan algún café lo contaré aquí (y todo lo que pase en la comisión) en aras de la transparencia.
http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/Sala+de+prensa/Noticias/2015/02/11/todos+grupos+parlamentarios+presentes+en+comision+negociadora+convenio+economico+estado.htm
http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/Sala+de+prensa/Noticias/2015/02/11/todos+grupos+parlamentarios+presentes+en+comision+negociadora+convenio+economico+estado.htm
sábado, 24 de enero de 2015
jueves, 8 de enero de 2015
Terrorismo y generalizaciones, una mala costumbre
Los que hemos conocido en años
pasados y de cerca, en nuestra vida cotidiana, la presencia del terrorismo
sabemos lo fácil –e injusta- que es la generalización. La violencia de ETA hacía
sospechoso de terrorista a cualquier vasco –incluido cualquier navarro, se
considerase a sí mismo vasco o no-. Proceder de alguna de las cuatro provincias
sospechosas era motivo, en el servicio militar, para quedar excluido de determinados
destinos que implicaran el manejo de explosivos o la adquisición de otras
habilidades igualmente peligrosas. Conducir por cualquier carretera española un
coche con matrícula de esas provincias era garantía de ser detenido en todos
los controles policiales y de ser sometido a los correspondientes
interrogatorios y registros. Por dejar aparcado durante dos días en Madrid mi
coche con matrícula de San Sebastián casi me lo vuelan los artificieros, me
libré al llegar a recogerlo justo cuando estaba rodeado por un cordón policial.
La identificación entre vascos y terroristas era moneda común entre los
extremistas de ambos lados. Una vez, sentado en una terraza en León, oí casualmente
una conversación donde un sujeto bramaba contra todos los vascos y proponía
barrerlos del mapa con una bomba atómica. Los etarras estaban encantados de que
se les tuviera por legítimos representantes de todo el pueblo vasco y estaban
empeñados en hablar como tales. ETA dejó de matar, afortunadamente, pero otros
siguen empeñados en hacerlo con mucha mayor ferocidad y esgrimiendo otros
motivos y sigue habiendo muchos aficionados a las generalizaciones más
simplistas. Todos los musulmanes son fanáticos, los musulmanes son violentos, los
musulmanes son terroristas. Los salvajes que entraron a tiros en la redacción
de Charlie Hedbo, igual que los que se inmolaron en las Torres Gemelas de Nueva
York o los que pusieron las bombas del 11-M en los trenes de Atocha, o tantos
otros, vienen a decir, no son sino ejemplo de cómo son todos los musulmanes.
Supongo que ante afirmaciones o insinuaciones como estas los terroristas
yihadistas estarán también encantados, viéndose reconocidos como los legítimos
representantes del verdadero Islam aunque los mil quinientos millones de
musulmanes que hay en el mundo ni los hayan elegido, ni los justifiquen, ni
compartan su fanatismo, ni suelan tener la costumbre de matar. Pero los
extremos, siempre, se tocan.
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