domingo, 5 de abril de 2015

Que lo derriben


Pasé unos cuantos años en este edificio, entonces colegio de los Maristas, desde los 7 a los 16 años, desde la primaria al bachiller. Nunca me pareció un edificio bonito. Desde luego, no está entre lo mejor de Víctor Eusa, su arquitecto. Más bien diría que entre lo peor, en su decadencia, en un estilo que ya era obsoleto cuando se construyó. No sé por qué todos los edificios de Eusa tienen que estar catalogados; unos tienen interés arquitectónico o histórico y otros no. Creo que el antiguo colegio de los Maristas es perfectamente prescindible.
Pero suponiendo que tuviera un valor que justifique su catalogación. ¿Es admisible que se permita el bodrio que están proponiendo y que supone desnaturalizar por completo el edificio? No sólo el rascacielos de cristal que no pega lo más mínimo con la estética, no solo del edificio, sino del II Ensanche en general, sino ese par de añadidos que lograrían tapar las fachadas originales. ¿Para eso se quieren conservar, para esconderlas?
Espero que en mayo haya un cambio en el Ayuntamiento de Pamplona que, entre otras muchas cosas, impida que se lleve adelante este despropósito. Por mí, que descataloguen el edificio y que lo derriben, y que se aproveche el solar de un modo más racional.

2 comentarios:

  1. Yo creo que los edificios no valen sólo "per se" (como entes aislados, más o menos acertados en su funcionamiento e imagen) sino, sobretodo, por su influencia en el entorno cercano, en el caso del edificio de los maristas, por su impacto en el segundo ensanche de Iruña.
    El edificio en sí, tampoco me parece "la 8ª maravilla" arquitectónica (también pasé unos años estudiando en él), pero me da miedo, mucho miedo, lo que pueda sustituirle en caso de que lo derriben, como propones. Más vale malo conocido que bueno por conocer, en estos casos de aprovechamiento especulativo de solares céntricos, y máxime con quienes están gestionando el Consistorio pamplonés, más preocupados en los negocios de sus amigos que en el bienestar del vecindario.
    Antes de derribar nada, hay que pensar muy bien, informar a la ciudadanía, que opinen el vecindario cercano, que den sus criterios téncios en la materia que haya un debate ciudadano serio y luego, sólo luego, y sólo en caso de que se le encuentre una alternativa decente, pensar en derribar.
    Estamos en época de pocos dineros, en época de reciclar antes que de derruir, en época de pensar cien veces antes de obrar, en época de apreciar lo que tenemos y rehabilitarlo.
    ¿No te parece?

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  2. Me parece peor lo que quieren hacer justificándolo en la conservación del edificio que el derribo.

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