En principio, estoy a favor de la independencia. Eso sí, de la independencia que consiste en poder vivir prescindiendo de la gente con la que no quieres vivir. Eso se consigue sobre todo con la independencia personal, esa a la que aludía el anuncio de Ikea de la República independiente de mi casa. Te vas de casa de tus padres a vivir solo, cuando ya tienes edad e ingresos suficientes, o abandonas el nido paterno para irte a vivir en pareja con la persona de la que piensas que no puedes vivir sin ella y con la que crees que quieres vivir para siempre.
La independencia colectiva, esa que consiste en que un territorio se declara independiente de otro, me convence menos. Sigues viviendo con la misma gente alrededor, te caiga bien o te caiga mal. No sé si les pasa a los demás, pero la mayoría de la gente que yo no soporto y con la que no me gusta vivir vive precisamente por aquí cerca, en mi tierra. Eso se debe a que donde más gente conozco es aquí, en la tierra en la que he vivido siempre. Pero le veo poca ventaja a declarar la independencia de gente a la que no conozco, que vive muy lejos, y que no sé si me cae bien o mal, y seguir aguantando aquí cerca a un montón de gente a la que no soporto. La solución está inventada, es la independencia con limpieza étnica, eliminas a la gente que te molesta amenazándola para que se vaya y, si no se va, la matas. Por supuesto, es una atrocidad y no la patrocino, lo que digo es que resulta coherente con la idea de "mejor nosotros solos" que suele alegarse para defender la independencia.
En fin, no sé que votarán mañana los catalanes, si a favor o en contra de la independencia, pero yo les recomendaría que se piensen bien si les va a merecer la pena perder de vista a Rajoy y los suyos pero hacer el viaje con la familia Pujol, Mas y toda la gente de su partido.